Nos dábamos cuenta: era el segundo terremoto de nuestras vidas,la casa endeble se movía hacia todos lados, la taza del baño de cayó y dejó el baño lleno de fragmentos que podían dejar tus pies sangrando si no sabías qué pisabas, dado que en ese entonces nadie llevaba zapatos. Más tarde nos los pusimos y no dormimos en toda la noche, réplicas y casas pencas no sirven como combinación.
No había luz ni agua, obvio. Así pasamos unos días, la población se calmó por un tiempo; la botillería de al lado había terminado con todos sus licores en el suelo, por lo que ya no habían borrachos en las cercanías.
Lo bueno era que los postes de luz estaban encendidos, por lo que al menos ahi se evitaban ciertos peligros, el sistema doméstico aún no.
Entonces recordamos que teníamos la radio.
Puta radio.
Al comienzo yo estaba "Oh, un terremoto, fin".
Prendí la radio.
Cien muertos.
Al primer día.
Pasó el tiempo.
Sur, Tsunami.
El número de víctimas se duplicó.
Días, días.
400.
500.
Prendía la radio nuevamente.
Los muertos flotaban en la orilla y los mismos familiares identificaban a sus seres queridos muertos.
Claro, ahora salen con que contaron mal y contaron también a los desaparecidos, pero en ese momento claro, centenas.
Era mejor no saber. Me puse a escuchar música, y por primera vez, dormí de corrido toda una noche.
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