No sé por qué, ahi afuera, hay bloggers que actualizan cada... como 2 días, o incluso 1. Recuerdo uno que actualizaba cada 1 ó 2 días, y jamás habían las típicas entradas de relleno (véase ésta, por ejemplo), mientras que hay otros que sólo duran una entrada de vida (Life of Amsa, mi anterior blog, es un claro exponente de esta tendencia).
Éste es, diría, mi blog más duradero (el segundo que he tenido en toda mi existencia...), y admito que hay veces que no sé qué escribir, o me da flojera, o escribo algo, llevo dos párrafos, y me pregunto a quién le gustaría algo tan feo como eso. Y así, hay veces en las que no escribo por mucho tiempo, creo que para la penúltima entrada tardé como dos semanas. Esto concluye finalmente en un blog con 6 entradas por mes...
Quizá se deba a que no estoy acostumbrado a escribir así; en un blog, con un realmente dudoso público, o no sé. Últimamente me encuentro bastante más relajado, pese a que hay ciertos días en que nos bombardean con exámenes y cosas por el estilo; no reacciono, y descanso en un sueño eterno llamado realidad, y lo peor es que las pruebas institucionales que parecían ser mis futuras dosis de cafeína cargada, aparentemente no llegarán jamás; un montón de controles acumulativos serán sólo cucharaditas de coca cola. Así que creo que esto afectará mi desempeño general. O sino, no sé por qué tardé en actualizar. Simplemente no sé.
Déjenlo en flojera.
Ya, listo, al final esto acabó como intento fallido de ensayo sobre el cuestionamiento existencial a la hora de publicar entradas... o no sé, se entiende la idea.
O no, ni siquera eso.
martes, 27 de octubre de 2009
domingo, 25 de octubre de 2009
Mi curso goes Bariloche
Bueno.... como ya he repetido varias veces en anteriores entradas, se acaba el año, y no sólo eso, se acaba el último año, osea, no más matriculas, ni "córtese el pelo", ni precios inflados en el kiosco que hacen ver a las crisis históricas como débiles cambios económicos (jamás he comprado las chaparritas que venden ahi; siempre he preferido esperar a la salida, para comprar en la esquina, donde cuesta menos de la mitad de precio, y a mi juicio son mucho más deliciosas).
Además estoy a, literalmente, un par de meses de ser mayor de edad. Así que toda la fase anterior se acaba.
Y para complementar este momento mítico, tenemos nuestro último momento de desenfreno, o mejor dicho, nuestras últimas dos semanas de éste. Una gira por la mayoría de mi país, para luego ir a un país vecino que en el cual dicen mucho "che" y casi todos son o rubios, o narigones. En el cual, reíremos, sonreíremos, la pasaremos bien, estaremos felices, montaremos a caballo, jugaremos paint ball, haremos drafting, visitaremos el sur, iremos en transbordador, beberemos, destruiremos propiedad pública, descubriremos la magia de la hierba alucinógena, robaremos algunas cámaras digitales con Smile Shooter, asaltaremos a alguien, entre otras cosas.
Claro, la idea original era ir a Brasil, ya que era como la gira de estudios canónica y que todos esperaban con ansias desde primero medio (año 2006). Pero qué bah, llegó cuarto medio, y al menos en nuestro curso no teníamos ni la mitad de la mitad de lo que se requería para una gira hasta esos confines de Sudamérica (creo que ningún curso llegó a la meta, e incluso algunos cursos no tienen gira...). Fue entonces que tuvimos bastantes peleas para discutir y posteriormente elegir democráticamente adónde ir. Las opciones eran... un lugar de Perú del que no recuerdo el nombre, y la gira por Chile, que llevaba el nombre del destino final: Bariloche. Al principio estaban repartidos los votos, pero todo se valió de convencer a los demás (llámese 'Poder de convención'), y así acabamos eligiendo la segunda opción, que salía más cara ($335.000 si mal no recuerdo), pero duraba más, y por ende, prometía más. La otra valía como la mitad.
Eso sí, me informé hoy que el bus partirá a las 1 de la mañana. Qué bacán.
En fin, adjudíquese la mala redacción y posibles errores de continuidad, al hecho de que esta entrada la hice de a ratos, siendo interrumpido por variadas cosas.
Ya, le pondré etiqueta"Viajes" aunque conociéndome, puede que jamás vuelva a escribir una entrada con ésta, o quizá... En el hipotético caso de seguir mis estudios en Valparaíso... Sí, puede haber una oportunidad de otra entrada viajera.
Ah, y tras terminar la entrada quería poner que otro curso se iba a Rapanui, a bailar con faldas biodegradables, a nadar con las tortugas, sacarse fotos con caras alargadas gigantes de piedra, sacarle un pedazo de oreja a una de éstas. Y conocer el lugar chileno menos chileno posible. La raja, otra cultura, algún día me mandaré el pique hasta allá, pero no se me ocurrió dónde meter este párrafo en medio de lo que ya tenía escrito.
"Shhh... Hasta que se acordó de actualizar"
Además estoy a, literalmente, un par de meses de ser mayor de edad. Así que toda la fase anterior se acaba.
Y para complementar este momento mítico, tenemos nuestro último momento de desenfreno, o mejor dicho, nuestras últimas dos semanas de éste. Una gira por la mayoría de mi país, para luego ir a un país vecino que en el cual dicen mucho "che" y casi todos son o rubios, o narigones. En el cual, reíremos, sonreíremos, la pasaremos bien, estaremos felices, montaremos a caballo, jugaremos paint ball, haremos drafting, visitaremos el sur, iremos en transbordador, beberemos, destruiremos propiedad pública, descubriremos la magia de la hierba alucinógena, robaremos algunas cámaras digitales con Smile Shooter, asaltaremos a alguien, entre otras cosas.
Claro, la idea original era ir a Brasil, ya que era como la gira de estudios canónica y que todos esperaban con ansias desde primero medio (año 2006). Pero qué bah, llegó cuarto medio, y al menos en nuestro curso no teníamos ni la mitad de la mitad de lo que se requería para una gira hasta esos confines de Sudamérica (creo que ningún curso llegó a la meta, e incluso algunos cursos no tienen gira...). Fue entonces que tuvimos bastantes peleas para discutir y posteriormente elegir democráticamente adónde ir. Las opciones eran... un lugar de Perú del que no recuerdo el nombre, y la gira por Chile, que llevaba el nombre del destino final: Bariloche. Al principio estaban repartidos los votos, pero todo se valió de convencer a los demás (llámese 'Poder de convención'), y así acabamos eligiendo la segunda opción, que salía más cara ($335.000 si mal no recuerdo), pero duraba más, y por ende, prometía más. La otra valía como la mitad.
Eso sí, me informé hoy que el bus partirá a las 1 de la mañana. Qué bacán.
En fin, adjudíquese la mala redacción y posibles errores de continuidad, al hecho de que esta entrada la hice de a ratos, siendo interrumpido por variadas cosas.
Ya, le pondré etiqueta"Viajes" aunque conociéndome, puede que jamás vuelva a escribir una entrada con ésta, o quizá... En el hipotético caso de seguir mis estudios en Valparaíso... Sí, puede haber una oportunidad de otra entrada viajera.
Ah, y tras terminar la entrada quería poner que otro curso se iba a Rapanui, a bailar con faldas biodegradables, a nadar con las tortugas, sacarse fotos con caras alargadas gigantes de piedra, sacarle un pedazo de oreja a una de éstas. Y conocer el lugar chileno menos chileno posible. La raja, otra cultura, algún día me mandaré el pique hasta allá, pero no se me ocurrió dónde meter este párrafo en medio de lo que ya tenía escrito.
"Shhh... Hasta que se acordó de actualizar"
sábado, 17 de octubre de 2009
El final de la línea... Despierta
Ya ni recuerdo cuántos días decía el lienzo de la escuela que faltaban para que se acabase mi último año escolar. Pero ciertamente noto que estas últimas semanas las he sentido como el final (probablemente debido a que hacemos nada, los pasados días han habido actos, no han habido clases, paseos, etc, por no decir que mi última semana escolar hasta la fecha fue de oficialmente un día de clases, en el que incluso salimos antes... qué largo paréntesis), aún cuando no es así; estamos recién a mediados de Octubre, y las clases acaban a mediados de Noviembre... Sin embargo yo siento estos conjuntos de 24 horas, ciclos lunares, como los finales, los últimos. No sé, se siente raro, pero sé que las pruebas institucionales me despertarán de este sueño con tono promonitorio en el que vivo en estos instantes.
De ahi, ¡A vivir la vida!
De ahi, ¡A vivir la vida!
jueves, 15 de octubre de 2009
Amsa, el anoréxico. Putos traumas
El peso, no sé por qué, quizá superficialidad o problemas de autoestima, me influyó en la infancia. Y quizá a través de ésto comprendí algunos traumas que tienen personas respecto a su apariencia (como en su momento Michael Jackson y el asunto de su nariz), la infancia es ciertamente un período de debilidad, en medio de la felicidad.
Actualmente no sé si me atrevería a decir que tengo un peso 'normal'. De todos no siempre fui así; si mi memoria no me falla, fue durante la educación básica, hasta aprox. empezando la media; sufría de sobrepeso, y me sentía mal por eso, al menos eso lo recuerdo. Quizá sea una posible respuesta a mi radical cambio de personalidad, del que quizá en otra ocasión hable. No recuerdo bien si me molestaban al respecto, aunque creo que así era, pero yo en sí me sentía mal conmigo mismo, con mi cuerpo, lo repudiaba. Cuando iba a la playa conservaba la polera, aún si me metía al agua, después se secaría, al menos no me verían la panza que tengo. Envidiaba a la gente delgada, quería ser así, mas me era imposible, comía menos, pero no pasaba nada; seguía igual. Realizaba actividad física, y parecía que reemplazaba la grasa por musculos; de todas formas el número que indicaba la pesa no cambiaba.
Entonces comencé a adelgazar, pese a que yo jamás lo vi de ese modo, y a decir verdad, siempre me he considerado alguien de contextura o macisa, o gorda; jamás delgado, jamás. Y si creía que enflaquecía, era porque la gente lo mencionaba, pero aún así no me convencía; sólo me lo decía, pero no me lo creía, y continué con poca alimentación, llegando al punto en que se quejaban de lo poco que comía. A mi no me importaba, para mí eran indirectas sarcásticas, y continuaba y continuaba.
Hasta hoy, cuando en realidad no sé qué soy. Aunque admito que el tope fue que me hubieran icho 'huesudo'. ¿En realidad así estoy? No lo creo, pasó a ser un apodo mío por un tiempo, pero jamás lo creí, pero ¿Llegar a ese extremo? (para mí lo es, porque supera a mi meta, y se va hacia lo insano). Para mí seguía siendo el niño gordo de 9 años, el mismo. Pero ya una sola voz con eco propio me decía desde todos lados que no era así. Han pasado ya 8 años, casi 9, y quizá sí he cambiado, pero para mí todo es dudoso, malditos traumas.
De todos modos, cedí ante esta voz externa gritona (quizá también me influyó ver un programa de una niña anoréxica de 8 años y su recuperación, navegando en la TV), y estas últimas semanas tengo una mayor alimentación que los últimos años, aunque sé que no me hará recuperar todo lo que he perdido. De todos modos, al menos he aprendido a tener esperanza. Ya que sin ella, no sé cómo estaría hoy.
Putos traumas.
Actualmente no sé si me atrevería a decir que tengo un peso 'normal'. De todos no siempre fui así; si mi memoria no me falla, fue durante la educación básica, hasta aprox. empezando la media; sufría de sobrepeso, y me sentía mal por eso, al menos eso lo recuerdo. Quizá sea una posible respuesta a mi radical cambio de personalidad, del que quizá en otra ocasión hable. No recuerdo bien si me molestaban al respecto, aunque creo que así era, pero yo en sí me sentía mal conmigo mismo, con mi cuerpo, lo repudiaba. Cuando iba a la playa conservaba la polera, aún si me metía al agua, después se secaría, al menos no me verían la panza que tengo. Envidiaba a la gente delgada, quería ser así, mas me era imposible, comía menos, pero no pasaba nada; seguía igual. Realizaba actividad física, y parecía que reemplazaba la grasa por musculos; de todas formas el número que indicaba la pesa no cambiaba.
Entonces comencé a adelgazar, pese a que yo jamás lo vi de ese modo, y a decir verdad, siempre me he considerado alguien de contextura o macisa, o gorda; jamás delgado, jamás. Y si creía que enflaquecía, era porque la gente lo mencionaba, pero aún así no me convencía; sólo me lo decía, pero no me lo creía, y continué con poca alimentación, llegando al punto en que se quejaban de lo poco que comía. A mi no me importaba, para mí eran indirectas sarcásticas, y continuaba y continuaba.
Hasta hoy, cuando en realidad no sé qué soy. Aunque admito que el tope fue que me hubieran icho 'huesudo'. ¿En realidad así estoy? No lo creo, pasó a ser un apodo mío por un tiempo, pero jamás lo creí, pero ¿Llegar a ese extremo? (para mí lo es, porque supera a mi meta, y se va hacia lo insano). Para mí seguía siendo el niño gordo de 9 años, el mismo. Pero ya una sola voz con eco propio me decía desde todos lados que no era así. Han pasado ya 8 años, casi 9, y quizá sí he cambiado, pero para mí todo es dudoso, malditos traumas.
De todos modos, cedí ante esta voz externa gritona (quizá también me influyó ver un programa de una niña anoréxica de 8 años y su recuperación, navegando en la TV), y estas últimas semanas tengo una mayor alimentación que los últimos años, aunque sé que no me hará recuperar todo lo que he perdido. De todos modos, al menos he aprendido a tener esperanza. Ya que sin ella, no sé cómo estaría hoy.
Putos traumas.
martes, 13 de octubre de 2009
Ni camuflajes, ni pinturas faciales
Bueno, como muchos sabrán, todos los de la generación 91 tenían su deber patriótico de servir a la patria de una emblemática forma; haciendo lagartijas durante un año. El punto era que este servicio era voluntario, aunque la magia llegaba cuando especificaban lo que significaba ese 'voluntario'; uno iba al cantón de reclutamiento, y decía que no quería hacerlo (quedabas como no voluntario), a continuación te hacían preguntas de por qué no lo vas a hacer, motivos, razón, circunstancia, etc... y tras todo ese proceso de preguntas y respuestas, quedabas como "no voluntario para el servicio".
Pero ojo, no terminaba ahi la cosa; a continuación tu nombre pasaba, junto a los de los otros no voluntarios, a un sorteo, y ahi al azar se elgía quién no iba, y quien debía ir (la milicia requiere un número base de entrenados, para no ir a la guerra con soldados obesos que no supiesen cargar un rifle).
¿Lo mágico? No salí sorteado, osea que NO hago el servicio militar el año 2010. ¿Lo místico? la mayoría de mis amigos y compañeros sí salieron sorteados, así que de alguna forma deberá sacárselo, o terminar haciéndolo en verano, en una de las tantas "promociones y ofertas" que te daban a elegir, siempre y cuando tuvieras una que otra razón rara para no ir. Tener problemas cardíacos, alguna deficiencia mental, Escoleosis, y creo que miopía y eso. Otras formas son por estudios (aunque para esta hay que dar constancia de que estás estudiando en una universidad (sí, probablemente con eso me lo saque el año que viene)), entre otras que no recuerdo.
Más de un amigo se lo sacará, estoy seguro, y quizá alguno termine en entrenamientos de supervivencia al estilo A prueba de todo, no lo sé aún, a futuro veré cómo resulta todo, para todos.
Y por supuesto, al saber de mi no-elección en el sorteo, mis estimados amigos, compañeros de años, comenzaron a inquietarme con los contras de no haber sido sorteado, "El año que viene saldrás", "Ahi no te lo sacas" y etc. Pero según información adicional, estando estudiando en la universidad, sacárselo definitivamente es casi regalado (estar en cuarto medio es OTRA historia). Qué amigos.
Ahí están, comentando mi estado en facebook.
En fin.
"Usted NO ha sido sorteado para el Servicio Militar 2010."
Pero ojo, no terminaba ahi la cosa; a continuación tu nombre pasaba, junto a los de los otros no voluntarios, a un sorteo, y ahi al azar se elgía quién no iba, y quien debía ir (la milicia requiere un número base de entrenados, para no ir a la guerra con soldados obesos que no supiesen cargar un rifle).
¿Lo mágico? No salí sorteado, osea que NO hago el servicio militar el año 2010. ¿Lo místico? la mayoría de mis amigos y compañeros sí salieron sorteados, así que de alguna forma deberá sacárselo, o terminar haciéndolo en verano, en una de las tantas "promociones y ofertas" que te daban a elegir, siempre y cuando tuvieras una que otra razón rara para no ir. Tener problemas cardíacos, alguna deficiencia mental, Escoleosis, y creo que miopía y eso. Otras formas son por estudios (aunque para esta hay que dar constancia de que estás estudiando en una universidad (sí, probablemente con eso me lo saque el año que viene)), entre otras que no recuerdo.
Más de un amigo se lo sacará, estoy seguro, y quizá alguno termine en entrenamientos de supervivencia al estilo A prueba de todo, no lo sé aún, a futuro veré cómo resulta todo, para todos.
Y por supuesto, al saber de mi no-elección en el sorteo, mis estimados amigos, compañeros de años, comenzaron a inquietarme con los contras de no haber sido sorteado, "El año que viene saldrás", "Ahi no te lo sacas" y etc. Pero según información adicional, estando estudiando en la universidad, sacárselo definitivamente es casi regalado (estar en cuarto medio es OTRA historia). Qué amigos.
Ahí están, comentando mi estado en facebook.
En fin.
"Usted NO ha sido sorteado para el Servicio Militar 2010."
martes, 6 de octubre de 2009
Desembarco de pensamientos
De a poco se va acercando el día, hasta pusieron un lienzo que cuenta los días que me... que nos quedan.
Tengo 17 años, eso significa que dentro de poco seré lo que muchos quieren ser, o lo que muchos temen ser. Sí, un adulto. Estudiaré en una universidad, y caeré en la vida familiar-laboral, así conoceré amigos, conduciré, quizá caiga en el cigarro o el alcohol, y miraré esta época con melancolía; todo un cargamento de emociones y pensamientos que me invaden en estos momentos, hasta fin de año.
Muchas veces antes había querido ser adulto, me había imaginado, a lo más estilo Como si tuviera 30, no obstante, ahora que el momento se acerca me acobardo. Quisiera ser niño por siempre, y seguir yendo a la escuela, evadir inspectores para conservar mi cabello largo, pegarle paipes a ciertos profes, etc. Pero ésto choca con lo real que a cada rato intento clavar en mi cabeza. Ya no eres más un pendejo, ahora pasas a vivir la vida real. Una vida para la cual me he estado preparando, mas no sé si esté lo suficientemente preparado.
Irónicamente, otra parte de mí está entusiasmada por este paso, y quieres seguir, quiere dejar esto atrás, y comenzar a vivir, tener un trabajo, y ese tipo de cosas que conforman la vida del adulto promedio.
Ya se ha hablado de este tema, mas sé, por último, que no todo comenzará cuando legalmente ase a ser mayor de edad, sino que, al menos, las cosas y circunstancias comenzarán a implantarse en mi vida paulatinamente.
Tengo 17 años, eso significa que dentro de poco seré lo que muchos quieren ser, o lo que muchos temen ser. Sí, un adulto. Estudiaré en una universidad, y caeré en la vida familiar-laboral, así conoceré amigos, conduciré, quizá caiga en el cigarro o el alcohol, y miraré esta época con melancolía; todo un cargamento de emociones y pensamientos que me invaden en estos momentos, hasta fin de año.
Muchas veces antes había querido ser adulto, me había imaginado, a lo más estilo Como si tuviera 30, no obstante, ahora que el momento se acerca me acobardo. Quisiera ser niño por siempre, y seguir yendo a la escuela, evadir inspectores para conservar mi cabello largo, pegarle paipes a ciertos profes, etc. Pero ésto choca con lo real que a cada rato intento clavar en mi cabeza. Ya no eres más un pendejo, ahora pasas a vivir la vida real. Una vida para la cual me he estado preparando, mas no sé si esté lo suficientemente preparado.
Irónicamente, otra parte de mí está entusiasmada por este paso, y quieres seguir, quiere dejar esto atrás, y comenzar a vivir, tener un trabajo, y ese tipo de cosas que conforman la vida del adulto promedio.
Ya se ha hablado de este tema, mas sé, por último, que no todo comenzará cuando legalmente ase a ser mayor de edad, sino que, al menos, las cosas y circunstancias comenzarán a implantarse en mi vida paulatinamente.
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