jueves, 15 de octubre de 2009

Amsa, el anoréxico. Putos traumas

El peso, no sé por qué, quizá superficialidad o problemas de autoestima, me influyó en la infancia. Y quizá a través de ésto comprendí algunos traumas que tienen personas respecto a su apariencia (como en su momento Michael Jackson y el asunto de su nariz), la infancia es ciertamente un período de debilidad, en medio de la felicidad.

Actualmente no sé si me atrevería a decir que tengo un peso 'normal'. De todos no siempre fui así; si mi memoria no me falla, fue durante la educación básica, hasta aprox. empezando la media; sufría de sobrepeso, y me sentía mal por eso, al menos eso lo recuerdo. Quizá sea una posible respuesta a mi radical cambio de personalidad, del que quizá en otra ocasión hable. No recuerdo bien si me molestaban al respecto, aunque creo que así era, pero yo en sí me sentía mal conmigo mismo, con mi cuerpo, lo repudiaba. Cuando iba a la playa conservaba la polera, aún si me metía al agua, después se secaría, al menos no me verían la panza que tengo. Envidiaba a la gente delgada, quería ser así, mas me era imposible, comía menos, pero no pasaba nada; seguía igual. Realizaba actividad física, y parecía que reemplazaba la grasa por musculos; de todas formas el número que indicaba la pesa no cambiaba.

Entonces comencé a adelgazar, pese a que yo jamás lo vi de ese modo, y a decir verdad, siempre me he considerado alguien de contextura o macisa, o gorda; jamás delgado, jamás. Y si creía que enflaquecía, era porque la gente lo mencionaba, pero aún así no me convencía; sólo me lo decía, pero no me lo creía, y continué con poca alimentación, llegando al punto en que se quejaban de lo poco que comía. A mi no me importaba, para mí eran indirectas sarcásticas, y continuaba y continuaba.

Hasta hoy, cuando en realidad no sé qué soy. Aunque admito que el tope fue que me hubieran icho 'huesudo'. ¿En realidad así estoy? No lo creo, pasó a ser un apodo mío por un tiempo, pero jamás lo creí, pero ¿Llegar a ese extremo? (para mí lo es, porque supera a mi meta, y se va hacia lo insano). Para mí seguía siendo el niño gordo de 9 años, el mismo. Pero ya una sola voz con eco propio me decía desde todos lados que no era así. Han pasado ya 8 años, casi 9, y quizá sí he cambiado, pero para mí todo es dudoso, malditos traumas.

De todos modos, cedí ante esta voz externa gritona (quizá también me influyó ver un programa de una niña anoréxica de 8 años y su recuperación, navegando en la TV), y estas últimas semanas tengo una mayor alimentación que los últimos años, aunque sé que no me hará recuperar todo lo que he perdido. De todos modos, al menos he aprendido a tener esperanza. Ya que sin ella, no sé cómo estaría hoy.

Putos traumas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola, pues mira asi te cuento rapido lo que me paso, yo tenia mas o menos 8 años y tambien era ''gordito'' pero me molestaba,con elpaso del tiempo baje de peso,pero eso fue muy extremo ya que cuando tenia casi 17 años y midiendo 1.73m pesaba solo 45 kg, era un maldito esqueleto, gracias a que entre a trabajar y mis amigos comian como locos gane peso y masa muscular, actualmente peso 65kg que ya es algo aceptable para mi estatura, como sea yo comprendo esos traumas y algunos mas. pero ya se que no importa comote veas si no que te sientas bien contigo mismo

vale nos vemos, y a comer se ha dicho !!!!!