Cuento corto: Me asaltaron.
Creo que será una entrada larga, prepárese.
Era una grisásea mañana, con un toque de frío que hacía que pequeños toques en mis dedos fueran como golpes; siempre odié eso, desde que era pequeño. Me levanté, y supe que pese a que la maraña de actividades de despedida ya habían pasado, aunque aún quedan unas cuantas, debía ir de nuevo, debía ir.
Había ido a la escuela, pero no era para ser un alumno más. No, las clases ya acabaron. Fui con ropa de calle a un pequeño repaso de toda la materia, que es para reforzarnos para la tan mencionada P.S.U. que será dentro de un par de semanas, examen que tendré que rendir, a todo esto, junto a un gran puñado de amigos y compañeros, en un colegio famoso por su delincuencia, y bandalismo.
En fin, había sido lo de menos; después de eso se suponía iba a ir donde una amiga, a almorzar además, pero al final no resultó, y me hallé como alguien si nada que hacer, así que decidí ir a mi casa, y ahí planear algo para un martes aún más ocioso que los normales. Eso, hasta que bajando al patio trasero, vi a varios amigos charlando, así que me les uní. Curioso llegué, a paso confiado y cara de saber qué acontecía. Y claro, se iban a juntar a changuear (jugar videojuegos, ver alguna película, entre otras cosas relacionadas al tema) un rato, iban a jugar PlayStation 3, y hacer no sé qué en el notebook, así que decidí acompañarlos. No obstante, un par de amigos más, y una pareja también se unieron, por lo que los planes, amenazados por una sobrecantidad de gente, se vio amenazado. Y yo ya podía ver que todo aquello terminaría ahi mismo, y volvería a mi casa, a dormir, salir a dar una vuelta a todo sol, ver cuántas visitas tenía mi blog, etc.
Pero no, como un rayo de luz apareció un amigo que puso su casa para el simposio de frikismo; estaba todo arreglado, no obstante obviamente el Play 3 nor iría (no sé si era broma cuando me dijeron, pero creo que pesaba como seis kilos... cuando lo vi, sí, era grande), así que mi Play 2 la reemplazaría, el problema era ir a buscarla, así que al final decidimos que ellos se iban para la casa junta; se bajaban antes, y yo seguía; iría a buscar la consola, y volver al lugar establecido. Se oía simple, por lo que accedí.
Tomé la micro 214, compré cuatro grosos (chicles), una amiga me pidió uno. Bien, sólo me quedan tres, me senté en una ventana, y me puse a escuchar música (no, esta vez no apareció el tipo que vendía cd's pirateados de 'La noche'), y me fui tranquilo, masticando y observando el gran paisaje que se me daba mientras subíamos por el cerro: el cerro. Me dio sueño, pensé en dormirme, pero no quise, no sé por qué, tomando en cuenta que en la mañana, había dormido casi todo el viaje. Llegamos al punto de separación, y todos se bajaron, con sus chao, chabela, y otros derivados en la jerga, yo me mantuve sentado, esperando llegar a mi villa. El resto fue simple; escuchar música, y ver el paisaje urbano, que al menos era más entretenido que arena, tierra y rocas.
Hasta que ocurrió; me bajé de la micro, cruzé la avenida, y eché todo en una mochila, rápidamente, y partí de vuelta, embarcado en otra micro, no sin antes haberme relajado un poco; ver televisión acostado durante diez minutos jamás mató a nadie. Todo se veía normal; era como otro día en camino a esa población, que tiene fama de ser bandálica por las noches, aunque desde que tengo memoria, jamás me había pasado algo yendo a ese lugar.
Me bajé de la micro, 213, aunque antes me habían llamado porque me estaba tardando, y recorrí el camino que conectaba la parada, con la casa de mi amigo, al cual mantendré en el anonimato. Sí, habían flaites (gente, mayoritariamente menores de edad, que usan de vestimenta, shorts, un gorro, y un polerón con gorro, hagan cuarenta grados o estemos en una era glacial, logrando así el distintivo 'doble gorro'), pero nunca me había pasado nada. Hasta que casi llegando, a sólo metros, divisé a uno de estos tipos, estimé unos veinte años, que estaba parado en una esquina, y al verme me interceptó. Mierda.
"Oye, sabí, anoche me la trasnoché y no ando con nuino pa'l pan... me dariai algo"
"Lo siento, ando con lo justo, lamentablemente"
Sí, el hecho de que fuera mediodía, a plena luz, me dio un tanto de confianza, y no creí que pudiese suceder ahi, en plena calle, incluso comenzó una improvisada y sin sentido conversación. A continuación comencé a retirarme, hacia la casa destinada. Fue entonces cuando miré para atrás. Mierda, me está siguiendo.
Estaba a centímetros de la puerta, faltaba sólo golpear, cuando ya el acercamiento fue inevitable, y de hecho fue.
"A ver, ¿queri que te pegue un puntazo? ¡Ya hueón, pasa toas las monedas y el celular!"
Era mi primer asalto formal con amenaza y todo en mi vida (los anteriores fueron pseudo asaltos, o ni sé si ni siquiera se les pueda llamar así), y deduje que "puntazo" quería decir puñalada (creo que tendré que conseguirme un diccionario para esa jerga), cómo reaccioné... Pues, comencé a meterle conversa aleatoria, sobre por qué lo hacía, aunque sabía que en el fondo lo que pasaba era ya ineludible, mientras él metía su mano en un bolsillo y hacía notar algo que probablemente era una navaja (no pensaba mucho en ese momento, en todo caso), se me ocurrió pedir ayuda, pero entonces noté algo; la mayoría de las personas que estaba alrededor eran... más flaites, pensé entonces en golpear la puerta de mi amigo, que estaba como a medio metro, pero no, si el tipo efectivamente tenía un arma blanca, en que salieran de la casa, yo ya estaría sangrando, por lo que abandoné la idea, y decidí someterme. Así que le dije ya que le daría las monedas, aunque tenía pocas; abrí la mochila, sólo pensaba en ocultar el Play 2, y mostré un puñado de monedas; no más allá de mil cien pesos. Él, un tanto enojado porque su asalto del día al parecer no había sido muy fructífero que digamos, se empeñó en revisar rápidamente ese bolsillo de la mochila, sacándo una galleta que tenía hacía días allí, lo demás era basura; unos chicles envueltos, que no alcancé a botar, recuerdos de la despedida, entre otras cosas de poco valor monetario. Lo peor fue cuando quiso revisar el bolsillo grande de mi mochile, donde se encontraba mi consola; yo estaba hi sí preocupado; perdería la cosa que había sanado mi ocio durante tantos meses, pero mis plegarias al dios en que no creo fueron concedidas cuando al abrir la mochila sólo vio un polerón, para la noche, que había echado sobre el play minutos antes de bajarme de la micro, porque era molesto llevarlo en la mano (sí, si quieren considéreno obra de dios) y entonces se me ocurrió decir que ahi sólo había ropa y nada más. Bien, me creyó, o quizá le daba lástima, no lo sé. Además revisó mi billetera, y vio que no había más que mi pase escolar y unas cartas de valor más que nada sentimental; igual decidió llevárse la billetera vacía. Ante ésto, una pobre recaudación de su asalto, decidió exigir mi celular. Y yo, que andaba aún medio atontado por la situación, decidí hacer una negociación, aunque ahora que lo pienso, fui afortunado en que resultara.
"Ya hueón, tranquilo, mira, te paso el celular, y me dejai tranquilo, ¿ya?"
"Ya, hueón, dale, pero pasa el celular rápido hueón"
Ahí saqué de mi bolsillo mi celular que hacía poco había cumplido su año de vida, en mis manos, y se lo entregué sin reclamar, no sin antes pensar fugazmente en lo que se iba con ese celular. A continuación el tipo finalmente finalizaba su asalto, no sin antes amenazarme de matarme (no recuerdo qué palabras de esa jerga me dijo, pero yo las interpreté así), si llamaba a alguien, o algo así; no entendía del todo su lenguaje, mucho menos su código.
Posteriormente, ocurrió algo que quizá afirma que doy lástima; me dio un par de monedas para irme de ese lugar, de inmediato, tras lo cual comenzó a retirarse, a su esquina, a esperar probablemente a otra víctima.
Pero entonces, como una señal de salvación, vi una patrulla policial llegar al lugar, aunque en un principio no supe si efectivamente delatar al tipo, que aún estaba a sólo unos pasos de mí. Pero entonces, se detuvieron, y comenzaron a hablar con el antisocial, se bajaron, y como que lo rodearon. Entonces fue. Uno de los carabineros lo tomó de la mano y me preguntó si le había hecho algo, y entonces hablé, tras lo cual ambos policías redujeron al tipo, dejandolo contra el costado de la patrulla. Comenzaron a revisarlo. Y ahi fui viendo, feliz por dentro, como mis pertenencias salían de sus bolsillos, para luego ser dejadas en el vehículo, aunque ahi fue que descubrí que el arma blanca con la que me había amenazado había sido... un encendedor (bah, al menos no me arriesgué), luego dejaron al tipo en el suelo, mientras yo subía a la patrulla. Odié a una señora con aspecto flaite, de unos cuarenta años, que defendía al tipo que hacía minutos nada más me había abordado, alegando a que lo trataban mal, hasta que uno de los policías, tras muchos intentos de alejarla, le dijo.
"¿Acaso usted es cómplice? También la podemos llevar"
Ahi recién la vieja accedió a retirarse. Aunque igual mantuvo su distancia, mientras yo me refugiaba en la patrulla; veía hacia los lados, y había más flaites observando como su compañero de delitos estaba siendo capturado. Yo ya pensaba "se vengarán", así que me tapé como pude. Hasta que llegó otra patrulla y se llevaron al antisocial, mientras uno de los policías me interrogaba sobre mis datos, lo que me habían robado, y esas cosas. Pasados unos minutos los dos policías se embarcaron en el transporte y comenzaron a retirarse, llevándome a la comisaría, uno manejaba, mientras el otro llenaba los formularios (o lo que fueran) referentes a mi caso, y eran varios, recuerdo que en repetidas veces me preguntaron mi nombre, cédula de identidad, dirección, teléfono de casa, celular mío, celular de mi madre, y esas cosas. Íbamos en camino, cuando mi teléfono, recién recuperado, comenzó a vibrar.
"Hey, te llaman... 'El Ricardo'"
No esperaba menos; me preguntaban donde estaba, que me estaban esperando, y que por qué me tardaba tanto (menos mal que no me llamaron mientras el tipo me asaltaba, o mientras lo reducían; no sé qué habría hecho). Entonces ahi les conté brevemente mi historia: me habían asaltado.
"No te creo"
Reafirmé, dando algunos vagos detalles, para que me creyeran, lo malo de bromear mucho es que a veces los demás no saben cuándo hablas en serio, hasta que los convencí de que lo que había pasado era real; ahi se lamentó un poco él, y luego su novia tomó el control de la voz. Nuevamente las preguntas, sobre si había sido verdad, para luego seguir con las lamentaciones. Al menos se preocupaban, y eso me hizo sentir que tenía buenos amigos, aunque se acababa el año, y quizá jamás volvería a verlos (no, no lloré).
Así dimos unas vueltas por esa población a la que quizá no vuelva -quedé traumado-, en las cuales los policías pasaron por un colegio cercano, donde varios niños les decían "tíos", y una niña, probablemente hija de uno de los dos funcionarios, se subió, junto a un niño, a los cuales los fueron a dejar a la casa. ¿Yo? Callado, pensativo, rebuscado -traumatizado-.
Hasta que llegamos, a eso de las una y media, o por ahí. El punto es que nos bajamos del vehículo, y me llevaron a una sala, donde comenzaron a hacer eso temido: el papeleo. Según calculé, estuvimos al menos dos horas en ese lugar, me preguntaron mi nombre unas cinco veces, mi cédula unas cuatro más, firmé unas cuatro veces también, mis tres números telefónicos, pues como seis veces cada uno; jamás pensé que fuera tan largo. Y así pasé gran parte de mi tiempo libre en esa oficina. Me preguntaron un par de veces relatar cómo había sido todo, y yo, contaba y contaba. Tras esto supe algo; el tipo no tenía veinte años, sino... quince; beber, drogarse, descuidarte, y dejarte crecer el pelo hace que te veas más viejo. Comprobado.
Eso sí, admiro dos cosas; la efectividad de los policías, que justo pasaron por el lugar, y atraparon al ladrón; quizá sólo tuve suerte, mucha suerte. Y también, la buena actitud de los dos policías, que incluso hasta reían con 'chistes policiales':
"Uhh, cachái, el cabo Burgos, estaba sacando un código dos... y mientras lo hacía, ¡le llegó otro código dos!"
No mentiré, ni siquiera entendí estratosféricamente cuál era el chiste, pero se podría decir que sería chistoso si supiera qué era ese tal código dos. Y sí, no sé por qué, también lancé una falsa risa, casi muda. Aún así, los policías tuvieron una buena disposición, explicaban cosas que no entendía del formulario, eran amables, entre otras cosas, por lo que me fui con una buena impresión del cuerpo policial. O quizá... ellos eran los únicos así. Nah, prefiero generalizar apresuradamente.
Entonces llamaron a mi madre, a quien yo mismo le di la noticia, entre risas sin sentido alguno y lamentos; "me asaltaron". Qué decir, voló hasta la construcción. Además, justo estaba con mi abuela y una tía; la noticia se expandió más rápido que los rumores faranduleros; al rato varias llamadas para saber cómo estaba; si hasta mi padre, que veo como dos veces por año, vino a verme, para saber cómo me encontraba.
Y así, tras dos horas de relatar lo sucedido (el cargo quedó como "robo con intimidación"), repetir al menos tres veces cada dato personal mío, y sacarle fotos a la evidencia: mil cien pesos en monedas de cien, mi celular, y mi billetera de cuero. Terminé en mi casa, y lo admito, no me dieron ganas de salir, al menos no por el día, y quizá no por la semana, es hora de un relajo, meditación, y pensar en no sé qué. Eso sí, puede que de fiscalía me llamen para dar testimonio, o algo así.
Y sí, temo a represalias, aunque según el oficial en esos casos la mayoría de los drogadictos asalta aleatoriamente, y pocas veces recuerda a quien asalta; quizá lo dijo para tranquilizarme, pero igual; pasaré un buen rato refugiado. Al menos lo bueno es que probablemente el año que viene me mude lejos de aquí, muy muy lejos.
Pero aún así... prefiero prevenirme, para no ser amenazado nuevamente de recibir un "puntazo", con un... encendedor.
3 comentarios:
"Al menos lo bueno es que probablemente el año que viene me mude lejos de aquí, muy muy lejos"
Allá será peor, mucho peor.
Z'nourrwringmm (aún no me acostumbro a ese '):
Ya te respondí D:
(Sí, comentario innecesario)
el Bayron se va a vengar :)
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