Es un sueño breve que recordé hace un tiempo, no sé por qué, pero fue raro.
Era una casa grande, muy grande, de varios metros de alto, como de ancho, iba acompañado de varias personas, pese a que no recuerdo quiénes eran. Estábamos en una calle, en una especie de cerro, miraba hacia abajo, y estaba lleno de esas mismas casas grandes, con un tono entre azul y morado, con toques grises, todas una al lado de la otra, el cielo parecía algo pintado, entre azul, rojo, naranjo, y morado, y una especie de estrella roja resplandecía dando un toque siniestro, al ser reflejado el brillo en los tejados de las casas y sus respectivas chimeneas, construídas de palos de madera, de forma que parecía que en cualquier momento se iban a caer.
No sé por qué, pero entré, después de que unos cuántos entraran a esa casa que teníamos enfrente, pensamos en encontrarnos con un desorden típico de película de terror. Pero al entrar, me vi ante el hecho de que toda la casa no era más que un gran caurto vacío, no había nada, más que unas ventanas en lo más alto de la casa, pero al caminar más, vi una escalera grande, que parecía endeble, de madera también, que llevaba a un pasillo en lo alto, y se veía que al final de éste habái una puerta, que llevaba a algun lugar más allá del final de esa casa. Creo que empezamos a molestar de quien tenía miedo, o algo así, no recuerdo bien, pero el punto es que comencé a subir esa escalera, mientras veía que atrás quedaban mis compañeros de sueño, la escalera sonaba mucho, y llegando hasta el final el sonido comenzó a afectarme los oídos, hasta que llegué al pasillo en lo alto, incentivando a los demás para que subieran. Sin embargo a medida de que me acercaba a esa puerta final, un temblor se sintió, y sentía que todo se movía. Me aleje, medirigí a los demás, pero ellos no habían sentido nada, volví a a cercarme a esa puerta, y nuevamente, era un temblor, pero en mi cabeza, y sentía algo raro, de lo cual sólo se puede decir que hacía que quisiera alejarme de esa puerta. Varias veces lo intenté, y siempre sentía ese malestar tembloroso. Preocupado, miré por las ventanas en lo alto, al cielo, y me hizo sentir aún peor.
Lo malo es que de los sueños bonitos, no me acuerdo... O quizá hace tiempo no tengo alguno.
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