Es feo, cuando vas a un cumpleaños, llegas y te das cuenta de que no conoces a casi ninguna persona, y todos hablan como hermanos, y tú eres la oveja negra que no conoce a nadie, y que olvidó por qué decidió asistir a ese evento siendo que no sabes nada de ninguno, o casi ninguno, de ese lugar.
Vamos, que me comí un mini-completo, y de ahi me senté en un sillón, a esperar que mágicamente despertara y fuera un sueño (ok, eso último no pasó), pero en fin... Estaba ahi no conocía a nadie, además aparecían en el barrio gente flaite, y como tengo cierta mala experiencia con ellos, me sentí aún más incómodo.
Listo, cuando llegó la torta fue el límite; me terminé yendo de ese lugar antes de que apagaran las velas.
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