Ya, se acabó esa edad, hace unos minutos. Cumplí los 18 años (aunque no me siento muy distinto que digamos). En fin, desde ahora si cometo algún delito, seré procesado como mayor de edad, lo bueno es que para salir del país no tendré que buscar a mis padres para que me hagan un permismo notarial, y en fin, se me abren muchas puertas, a la vez que se me cierran varias.
Pero que bah, no he cambiado en nada aún, se verá con el tiempo, o al menos algo así creo.
Al final, es lo mismo, un año más cumplido.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
viernes, 25 de diciembre de 2009
Económica Navidad (8)
Nah, destruyeron el poco o nulo espíritu navideño, que me quedaba, al darme el regalo días antes de la cosa ésa de navidad.
Y así, culmina otra lluvia de regalos en donde la gente se amontona en la feria el último día comprando regalos para sus familiares, acordándose raramente que, acorde a la religión ésa que abandoné y su libro gordo, nació hace dos milenios un niño en un establo, de un ser divino que embarazó a base de fuerzas místicas a una mortal (como a dios le dicen "padre", ¿no será incesto?). Era algo impresionante, les cuento, 70% descuento, en las ferias truchas, en las compras a sólo horas de que fuera la medianoche. Aunque cuidado con que te hicieran "El cambiazo".
En fin, mi calma era interrumpida por los 'pascueros' (tradición que sólo se da acá): carros alegóricos con temas navideños, los cuales pasaban con una música a volumen alto, desde villancicos clásicos, pasando por cumbias de La noche a veces, en los cuales hay harta gente y comúnmente un tipo disfrazado de Satán Claus, lanzando pastillas y dulces a los niños. Eso sí, los que no eran muy agradables eran unos que pasaban de noche, con reggaeton sin tema navideño, y con un hombre disfrazado con tono de estar ebrio, que a veces rompían mi sueño.
Mi hermano, fascinado, escuchaba un pascuero y salía corriendo como si fuera el fin del mundo a lo 2012 o alguna otra película apocalíptica, por lo cual al menos lo vi carse tres veces, aunque creo que fueron más. Obtuvo su ración de dulces, y al final acabó con una fuente llena hasta la mitad, de la cual yo me habré comido a lo más diez 'frullelé'. Cuando estaba anocheciendo, y aparecían los 'viejos perreros', quiso salir nuevamente, pero se lo prohibieron; seguramente en vez de dulces le lanzarían papelillos blancos y botellas de vodka rotas.
¿Regalos míos? Nada del otro mundo: ropa. Añoro la época de cuando era niño, y con un juguete me la pasaba semanas enteras entretenido 24/7, ahora he perdido mucho interés en hartas cosas y me halló vacío. Añoro esa época, donde yo era el que salía a buscar pastillas, hasta una vez en la cual un pascuero malvado, apuntó a mi cabeza, y lanzó una pastilla de esas duras con fuerza, causando que me diera en le frente y me cayera por el impacto. Añoro esas épocas, que han pasado.
En fin, ha sido un año grato, y pese a todo, les deseo una feliz navidad. Que es hoy.
Feliz Navidad al Juan, al Seba, al Marín, a la Ani, y la lista sería la más larga, pero los demás saben que también se las deseo.
Y así, culmina otra lluvia de regalos en donde la gente se amontona en la feria el último día comprando regalos para sus familiares, acordándose raramente que, acorde a la religión ésa que abandoné y su libro gordo, nació hace dos milenios un niño en un establo, de un ser divino que embarazó a base de fuerzas místicas a una mortal (como a dios le dicen "padre", ¿no será incesto?). Era algo impresionante, les cuento, 70% descuento, en las ferias truchas, en las compras a sólo horas de que fuera la medianoche. Aunque cuidado con que te hicieran "El cambiazo".
En fin, mi calma era interrumpida por los 'pascueros' (tradición que sólo se da acá): carros alegóricos con temas navideños, los cuales pasaban con una música a volumen alto, desde villancicos clásicos, pasando por cumbias de La noche a veces, en los cuales hay harta gente y comúnmente un tipo disfrazado de Satán Claus, lanzando pastillas y dulces a los niños. Eso sí, los que no eran muy agradables eran unos que pasaban de noche, con reggaeton sin tema navideño, y con un hombre disfrazado con tono de estar ebrio, que a veces rompían mi sueño.
Mi hermano, fascinado, escuchaba un pascuero y salía corriendo como si fuera el fin del mundo a lo 2012 o alguna otra película apocalíptica, por lo cual al menos lo vi carse tres veces, aunque creo que fueron más. Obtuvo su ración de dulces, y al final acabó con una fuente llena hasta la mitad, de la cual yo me habré comido a lo más diez 'frullelé'. Cuando estaba anocheciendo, y aparecían los 'viejos perreros', quiso salir nuevamente, pero se lo prohibieron; seguramente en vez de dulces le lanzarían papelillos blancos y botellas de vodka rotas.
¿Regalos míos? Nada del otro mundo: ropa. Añoro la época de cuando era niño, y con un juguete me la pasaba semanas enteras entretenido 24/7, ahora he perdido mucho interés en hartas cosas y me halló vacío. Añoro esa época, donde yo era el que salía a buscar pastillas, hasta una vez en la cual un pascuero malvado, apuntó a mi cabeza, y lanzó una pastilla de esas duras con fuerza, causando que me diera en le frente y me cayera por el impacto. Añoro esas épocas, que han pasado.
En fin, ha sido un año grato, y pese a todo, les deseo una feliz navidad. Que es hoy.
Feliz Navidad al Juan, al Seba, al Marín, a la Ani, y la lista sería la más larga, pero los demás saben que también se las deseo.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
Platanos revoltosos
Estábamos cabalgando un rato, en mi caso era una yegua llamada 'Revoltosa' la que montaba, por us nombre pensé que de hecho era, bueno, revoltosa, pero no le di importancia.
Sol grande y radiante, te odio. La sombra era un alivio, al menos para mí. Una compañera gustaba de hacer correr a su caballo, eso le hacía cheerleading a los demás, y todos comenzaban a correr. A pararlos.
De repente. Ni lo veo venir. 'Revoltosa' ha atacado a una yegua próxima, llamada... 'Platano', por su pelaje rubio. Le dio un mordisco. Quizá tenga problemas hormonales de caballo, quizá ande en los días, pero de caballo, o quizá sea la hembra alfa.
O no sé, quizá sólo era revoltosa.
'Revoltosa'
'Platano'
Y continuó atacando, y continuó. Debía alejarla de ciertos hermanos caballos, por si las dudas.
Aún pienso que tenía serios problemas hormonales de caballo.
Sol grande y radiante, te odio. La sombra era un alivio, al menos para mí. Una compañera gustaba de hacer correr a su caballo, eso le hacía cheerleading a los demás, y todos comenzaban a correr. A pararlos.
De repente. Ni lo veo venir. 'Revoltosa' ha atacado a una yegua próxima, llamada... 'Platano', por su pelaje rubio. Le dio un mordisco. Quizá tenga problemas hormonales de caballo, quizá ande en los días, pero de caballo, o quizá sea la hembra alfa.
O no sé, quizá sólo era revoltosa.
'Revoltosa'
'Platano'
Y continuó atacando, y continuó. Debía alejarla de ciertos hermanos caballos, por si las dudas.
Aún pienso que tenía serios problemas hormonales de caballo.
domingo, 20 de diciembre de 2009
Frikidad
Fue raro, veía la TV recostado, aún con la ojera que me había dejado la gira de estudios, aún recuperando sueño cuando, de repente, cambio el canal en un zapping cotidiano; me encuentro en un programa en el cual se dedicaron enteramente a hablar sobre el hombre araña, ese superhéroe que no vi mucho cuando era pequeño, o quizá lo hice pero no lo recuerdo. Lo extraño era que no trataba del estereotipado friki americano, sino que eran científicos frikis que estudiaban las cualidades del personaje antes nombrado, quienes realizaban experimentos para ver si los poderes de ese tipo eran posibles de ser obtenidos en la realidad.
Jo, usaban a menudo la frase "increíblemente esto no está tan lejos de la realidad como pensábamos".
Y sí, como deducen, me quedé ahi a verlo.
Raro.
Jo, usaban a menudo la frase "increíblemente esto no está tan lejos de la realidad como pensábamos".
Y sí, como deducen, me quedé ahi a verlo.
Raro.
domingo, 6 de diciembre de 2009
Retraso, notarias en un domingo. Bah, imposible
A sólo horas de haber publicado la entrada anterior, afirmando que comenzaría el viaje a la medianoche, hubo cambio de planes, a última hora.
Porque por una u otra razón, la cual averiguaré a toda costa, y juzgaré a mi parecer, la encargada en el viaje no irá, e irá otra, lo cual destruyó mi permiso notarial que tenía, hacinéndolo inútil. Claro, obten otro, claro. Claro. Mi padre se fue de la ciudad.
Bacán poh, la raja.
Así que por un momento pensé que me hallaría alegando para que me devolvieran mis 335.000 pesos, pero al final todo quedó en "estamos solucionando tu problema", y el hecho de que la gira se pospusiera.
Ahora dicen que será mañana a las 8 de la mañana. Que asco, levantarse temprano.
Qué asqueroso.
Porque por una u otra razón, la cual averiguaré a toda costa, y juzgaré a mi parecer, la encargada en el viaje no irá, e irá otra, lo cual destruyó mi permiso notarial que tenía, hacinéndolo inútil. Claro, obten otro, claro. Claro. Mi padre se fue de la ciudad.
Bacán poh, la raja.
Así que por un momento pensé que me hallaría alegando para que me devolvieran mis 335.000 pesos, pero al final todo quedó en "estamos solucionando tu problema", y el hecho de que la gira se pospusiera.
Ahora dicen que será mañana a las 8 de la mañana. Que asco, levantarse temprano.
Qué asqueroso.
Paseando en bus
Edit: Me acaban de informar que es al revés, primer a Bari de ahi pa los otros lados. Fin
Hoy a la medianoche, o por ahi más o menos, me iré en un viaje que tiene como destino final Bariloche (Argentina), el viaje de fin de año escolar, o en nuestro caso, el fin de tres años escolares, pero destino digo final porque antes pasaremos por gran parte de Chile, llegando a puntos como Chiloé o Puerto Montt, si mal no recuerdo. Además de los doce días, sólo como dos serán en "Bari".
Y de ahi será un viajecito directo desde 'allá hasta acá', unos 3000 o 4000 kilómetros, o no sé, puede que sea más, o menos. Qué bonito. Será como si viviera en el bus.
Y aún ni "hago las maletas", siendo que otros ya tienen todo listo desde ya al menos dos días.
¿Cómo será? No tengo idea, pero sacaré provecho. Y aún tengo la idea de fugarme para asistir al concierto de Haggard, aunque por ciertas cosas creo que al final no llegará a ser posible, por la mierda.
Así que como dije antes, nos divertiremos sanamente, jugaremos paintball, montaremos a caballo, haremos drafting, estaremos en la nieve (creo), compraremo ropa, recuerdos, refrigerios, cosas innecesarias, cambiaremos pesos chilenos por... la moneda que usen en Argentina, beberemos alcohol, asaremos perros muertos para ahorrar dinero, golpearemos a alguien, romperemos vidrios tras entrar en un multitienda, robaremos iPod touch con hartos gigas de memoria y cámaras con smile shooter, asaltaremos a algn desprevenido, violaremos a persona que se nos cruce, causaremos un incendio, vamos a matar a alguien, etc, ya saben el resto.
Y nos sacaremos hartas fotos.
Creo.
Hoy a la medianoche, o por ahi más o menos, me iré en un viaje que tiene como destino final Bariloche (Argentina), el viaje de fin de año escolar, o en nuestro caso, el fin de tres años escolares, pero destino digo final porque antes pasaremos por gran parte de Chile, llegando a puntos como Chiloé o Puerto Montt, si mal no recuerdo. Además de los doce días, sólo como dos serán en "Bari".
Y de ahi será un viajecito directo desde 'allá hasta acá', unos 3000 o 4000 kilómetros, o no sé, puede que sea más, o menos. Qué bonito. Será como si viviera en el bus.
Y aún ni "hago las maletas", siendo que otros ya tienen todo listo desde ya al menos dos días.
¿Cómo será? No tengo idea, pero sacaré provecho. Y aún tengo la idea de fugarme para asistir al concierto de Haggard, aunque por ciertas cosas creo que al final no llegará a ser posible, por la mierda.
Así que como dije antes, nos divertiremos sanamente, jugaremos paintball, montaremos a caballo, haremos drafting, estaremos en la nieve (creo), compraremo ropa, recuerdos, refrigerios, cosas innecesarias, cambiaremos pesos chilenos por... la moneda que usen en Argentina, beberemos alcohol, asaremos perros muertos para ahorrar dinero, golpearemos a alguien, romperemos vidrios tras entrar en un multitienda, robaremos iPod touch con hartos gigas de memoria y cámaras con smile shooter, asaltaremos a algn desprevenido, violaremos a persona que se nos cruce, causaremos un incendio, vamos a matar a alguien, etc, ya saben el resto.
Y nos sacaremos hartas fotos.
Creo.
viernes, 4 de diciembre de 2009
Navajas, encendedores y patrullas: Parte 2
Ya será como dos semanas desde que me asaltaron, y yo de verdad creía que todo ya había acabado, que no volvería a oir más del tal Esteban Figueroa, que a base de encendedores estuvo a punto de irse con mi celular y once monedas de cien pesos que sólo hacía segundos antes del atraco eran mías. Y hasta ya me había gastado tal evidencia, en unos helados y un berlin.
Pero no señores, la cosa no había acabado, aún después de varios días el proceso seguía, e incluso cuando yo pensaba que el tipo ya estaba de vuelta en las calles asaltando a chicos que cruzaban inocentemente por su esquina del terror, debido a la pésima justicia de este país, las cosas no eran como pensaba, me sorprendí cuando según la fiscal, mi caso había sido muy rápido. Fue hace como dos días; golpearon mi puerta, los policías, recordé cuando hace meses entraron a mi casa los tipos de la P.D.I. (Policía De Investigaciones, algo así como las Fuerzas Especiales S.W.A.T. chilensis, o algo por el estilo), para interrogarnos sobre un asesinato, aunque al final sólo lo hacíamos en calidad de testigos. Esta vez no entraron, sino que se limitaron a sólo dar las indicaciones pertinentes, y entregar la citación, que era para hoy, a la fiscalía local. Debía llevar mi carné de identidad y el papelito ése que acababan de entregarme. Debía ir, o me llevarían por la fuerza y creo que hasta me cobrarían una multa significativa.
Yo imaginaba que sería como en las pelis gringas, o algo así; yo hablando con el criminal tras un ventanal supuestamente a prueba de balas, o yo como en un salón de juicios, o no sé, me imaginé cuanta circunstancia me cupo en la cabeza sobre cómo sería mi declaración como víctima de robo con intimidación. Además que no tenía claro dónde tenía que ir.
Como final todo se resumió en ir al lugar en un colectivo con mi padre, al cual veo una vez cada cuatro meses como máximo, llegué a la fiscalía nombrada, espere a que el tipo de la puerta corroborara que estaba citado a esa hora, para que me dejara entrar, llegué a la recepción, estaban todos los funcionarios alli presentes pendientes del grupo en el cual le tocaría jugar a Chile en el mundial Sudáfrica 2010, tanto así que hasta se demoraron en atenderme. Para cuando me tocó subir al segundo piso a declarar (era como una enfermería, o quizá hasta una sala de espera al ir a un dentista para alguna cirugía para extraerte algún diente que te sobre), me sorprendí de lo simple que era; una oficina en donde estaba la fiscal (¿o será "La fiscala"?) sentada frente a un computador, con su diploma tamaño póster detrás de ella, colgado en la pared. El resto fue como lo vivido en la comisaría; relatar paso a paso lo que ocurrió, cómo ocurrió, y todas esas cosas. Repetí una y otra vez lo mismo de aquel entonces. Me bajé de la micro, un flaite me interceptó, me amenazó con asesinarme, etc. Lo siguiente sólo fue firmar un documento, y escuchar que el caso se podría alargar más, y que si el ladrón se resisitía a la condena, se iría a juicio, y que me informarían de todo, pero ¿qué condena le darán a un menor de edad? la cárcel de menores se ve como algo lejano.
De lo que me río, es de que ha de odiarme, si es que siquiera recuerda haberme asaltado por los efectos de sus drogas mezcladas con heces fecales y yeso.
Pero no señores, la cosa no había acabado, aún después de varios días el proceso seguía, e incluso cuando yo pensaba que el tipo ya estaba de vuelta en las calles asaltando a chicos que cruzaban inocentemente por su esquina del terror, debido a la pésima justicia de este país, las cosas no eran como pensaba, me sorprendí cuando según la fiscal, mi caso había sido muy rápido. Fue hace como dos días; golpearon mi puerta, los policías, recordé cuando hace meses entraron a mi casa los tipos de la P.D.I. (Policía De Investigaciones, algo así como las Fuerzas Especiales S.W.A.T. chilensis, o algo por el estilo), para interrogarnos sobre un asesinato, aunque al final sólo lo hacíamos en calidad de testigos. Esta vez no entraron, sino que se limitaron a sólo dar las indicaciones pertinentes, y entregar la citación, que era para hoy, a la fiscalía local. Debía llevar mi carné de identidad y el papelito ése que acababan de entregarme. Debía ir, o me llevarían por la fuerza y creo que hasta me cobrarían una multa significativa.
Yo imaginaba que sería como en las pelis gringas, o algo así; yo hablando con el criminal tras un ventanal supuestamente a prueba de balas, o yo como en un salón de juicios, o no sé, me imaginé cuanta circunstancia me cupo en la cabeza sobre cómo sería mi declaración como víctima de robo con intimidación. Además que no tenía claro dónde tenía que ir.
Como final todo se resumió en ir al lugar en un colectivo con mi padre, al cual veo una vez cada cuatro meses como máximo, llegué a la fiscalía nombrada, espere a que el tipo de la puerta corroborara que estaba citado a esa hora, para que me dejara entrar, llegué a la recepción, estaban todos los funcionarios alli presentes pendientes del grupo en el cual le tocaría jugar a Chile en el mundial Sudáfrica 2010, tanto así que hasta se demoraron en atenderme. Para cuando me tocó subir al segundo piso a declarar (era como una enfermería, o quizá hasta una sala de espera al ir a un dentista para alguna cirugía para extraerte algún diente que te sobre), me sorprendí de lo simple que era; una oficina en donde estaba la fiscal (¿o será "La fiscala"?) sentada frente a un computador, con su diploma tamaño póster detrás de ella, colgado en la pared. El resto fue como lo vivido en la comisaría; relatar paso a paso lo que ocurrió, cómo ocurrió, y todas esas cosas. Repetí una y otra vez lo mismo de aquel entonces. Me bajé de la micro, un flaite me interceptó, me amenazó con asesinarme, etc. Lo siguiente sólo fue firmar un documento, y escuchar que el caso se podría alargar más, y que si el ladrón se resisitía a la condena, se iría a juicio, y que me informarían de todo, pero ¿qué condena le darán a un menor de edad? la cárcel de menores se ve como algo lejano.
De lo que me río, es de que ha de odiarme, si es que siquiera recuerda haberme asaltado por los efectos de sus drogas mezcladas con heces fecales y yeso.
jueves, 3 de diciembre de 2009
Amsa rindiendo la PSU
Acá, en Chile, Sudamérica, aquí, en el fin del mundo, si quieres entrar en alguna universidad, tras terminar los cuatro años de enseñanza media, debes de rendir un examen (pese a que hay excepciones), la cual "decide tu futuro", puesto que si te va mal, cagaste, y "se te cierran muchas puertas". La escala además es bastante poco favorable, teniendo como límite 850 puntos, eso sí, si te equivocas en sólo una, tu puntaje puede bajar ya como a 825, y de ahi hacia abajo vas bajando de a menos puntos, y por cada 4 malas te descuentan una buena. Las hay de varias especies y tamaños; Lenguaje y comunicación, con 80 preguntas que me daban sueño cuando los textos a leer sobrepasaban la página de longitud, Matemáticas, con 70 preguntas que respondí apresuradamente, Ciencias con 80 preguntas, en la cual tu eliges tu especialidad (Física, Química, Biología), y que en mi caso era de física, en la cual respondí con suerte 50 preguntas, y la de Historia, la cual no me molesté en rendir (las dos últimas son optativas, aunque debes dar una de las dos).
El punto es que yo, este 31 de Noviembre y 1 de Diciembre, tuve que rendir esta prueba, dado que yo soy de los que ya terminó esos cuatro años, y ahora decidió irse a estudiar a una buena universidad. Tenía miedo, aunque más sueño, y por eso pasaba más durmiendo que estudiando, siempre me habían contado cosas terribles sobre este examen, es imposible copiar, ni llevar torpedos*, es un examen que te asesina, y yo así la imaginaba; un examen donde hay mínimo tres personas que se pasean por el salón en el que te encuentras, buscando hasta el más mínimo signo facial de que alguien está copiando, que te registran antes de entrar, y dejan los celulares a un lado para evitar las típicas conversaciones por bluetooth-transmisión de respuestas, entre muchas otras.
Además, cuando me tocó ver el colegio en el cual rendiría este examen (te designan cualquier colegio para rendirla), vi que era uno en el cual hacía años un alumno había asesinado a otro. Las paredes de los pasillos, salas, y donde quiera que vieras estaban ralladas con insultos, y más de algún correo electrónico, entre grafittis y simples rayones, incluso recuerdo que había un dibujo que no supe descifrar, a varios metros de altura, y por un buen rato me dediqué a pensar en cómo el tipo se las había ingeniado para llegar hasta ese lugar, e inmortalizar sus deformes sentimientos con la ayuda de su mágico spray. Pasé una considerable cantidad de mi tiempo previo a la prueba bromeando sobre este colegio, nuevamente, en vez de estudiar.
E incluso, la noche previa, no dormí mucho, puesto que llegué tarde a mi casa (habré dormido unas seis horas), por lo cual al otro día no estaba en mi mejor estado posible, por lo cual, sí, en medio del examen, me quedé dormido al menos tres veces, en cada una de las diferentes pruebas, sin embargo lo bueno fue que justo un amigo se sentó al lado mío, por lo cual me salvé de ser despertado una vez el tiempo se hubiera acabado, y yo hubiera respondido sólo la mitad de las preguntas, y en vez de eso, sólo fui despertado por un conocido en repetidas oportunidades.
Eso sí, mientras estaba respondiendo preguntas, me di cuenta que todo eso sobre que era imposible y copiar se fue a la mierda, puesto que sólo habían dos personas, que permanecían al frente de la sala, casi sin moverse, salvo para salir a tomar aire fresco, o no sé, hacer algo ocioso, dado que el tiempo era de dos horas y quince minutos.
31 de Noviembre. Primera prueba, lenguaje, 8:15 am, una multitud de gente se hacía paso por la entrada del colegio, sin mencionar la estratosférica cantidad de autos estacionados en los alrededores, buscando la sala en la cual les tocaba dar la PSU. Respondí 63 de las 80 preguntas, para luego irme a la casa de una amiga a almorzar y perder tiempo valioso. 2:15, módulo de ciencias, lo mismo, sólo que sin los autos, respondí 50 de las 80 preguntas, no creo que me vaya envidiablemente bien, quizá ni siquiera bien. Ya se acabó, pasé penurias porque a mi lapiz se le quebró la punta, pero justo mi compañero de mesa tenía un sacapuntas en su bolsillo. 1 de Diciembre, 8:15, mi prueba final: Matemáticas. Siempre me había ido bastante bien, sacando siempre sobre 750 puntos, tenía la esperanza de quedar en el ranking nacional (aunque por acá simplemente se llama al que está entre estos como puntaje nacional), no obstante hubieron 4 que omití, de las 70 preguntas, me sentí frustrado, para la otra será. No, no habrá otra, o quizá si haya, pero eso no es bueno así que mejor no pienso en si eso pasara.
Bah, tras eso nos juntamos con unos amigos, y comprobé que ya tengo una mala en esa última. No seré puntaje nacional, pero espero que por lo menos me vaya bien ahi, porque es la que más vale para la carrera que pienso estudiar.
Ha terminado, porque por ahora sólo queda esperar a los resultados.
El punto es que yo, este 31 de Noviembre y 1 de Diciembre, tuve que rendir esta prueba, dado que yo soy de los que ya terminó esos cuatro años, y ahora decidió irse a estudiar a una buena universidad. Tenía miedo, aunque más sueño, y por eso pasaba más durmiendo que estudiando, siempre me habían contado cosas terribles sobre este examen, es imposible copiar, ni llevar torpedos*, es un examen que te asesina, y yo así la imaginaba; un examen donde hay mínimo tres personas que se pasean por el salón en el que te encuentras, buscando hasta el más mínimo signo facial de que alguien está copiando, que te registran antes de entrar, y dejan los celulares a un lado para evitar las típicas conversaciones por bluetooth-transmisión de respuestas, entre muchas otras.
Además, cuando me tocó ver el colegio en el cual rendiría este examen (te designan cualquier colegio para rendirla), vi que era uno en el cual hacía años un alumno había asesinado a otro. Las paredes de los pasillos, salas, y donde quiera que vieras estaban ralladas con insultos, y más de algún correo electrónico, entre grafittis y simples rayones, incluso recuerdo que había un dibujo que no supe descifrar, a varios metros de altura, y por un buen rato me dediqué a pensar en cómo el tipo se las había ingeniado para llegar hasta ese lugar, e inmortalizar sus deformes sentimientos con la ayuda de su mágico spray. Pasé una considerable cantidad de mi tiempo previo a la prueba bromeando sobre este colegio, nuevamente, en vez de estudiar.
E incluso, la noche previa, no dormí mucho, puesto que llegué tarde a mi casa (habré dormido unas seis horas), por lo cual al otro día no estaba en mi mejor estado posible, por lo cual, sí, en medio del examen, me quedé dormido al menos tres veces, en cada una de las diferentes pruebas, sin embargo lo bueno fue que justo un amigo se sentó al lado mío, por lo cual me salvé de ser despertado una vez el tiempo se hubiera acabado, y yo hubiera respondido sólo la mitad de las preguntas, y en vez de eso, sólo fui despertado por un conocido en repetidas oportunidades.
Eso sí, mientras estaba respondiendo preguntas, me di cuenta que todo eso sobre que era imposible y copiar se fue a la mierda, puesto que sólo habían dos personas, que permanecían al frente de la sala, casi sin moverse, salvo para salir a tomar aire fresco, o no sé, hacer algo ocioso, dado que el tiempo era de dos horas y quince minutos.
31 de Noviembre. Primera prueba, lenguaje, 8:15 am, una multitud de gente se hacía paso por la entrada del colegio, sin mencionar la estratosférica cantidad de autos estacionados en los alrededores, buscando la sala en la cual les tocaba dar la PSU. Respondí 63 de las 80 preguntas, para luego irme a la casa de una amiga a almorzar y perder tiempo valioso. 2:15, módulo de ciencias, lo mismo, sólo que sin los autos, respondí 50 de las 80 preguntas, no creo que me vaya envidiablemente bien, quizá ni siquiera bien. Ya se acabó, pasé penurias porque a mi lapiz se le quebró la punta, pero justo mi compañero de mesa tenía un sacapuntas en su bolsillo. 1 de Diciembre, 8:15, mi prueba final: Matemáticas. Siempre me había ido bastante bien, sacando siempre sobre 750 puntos, tenía la esperanza de quedar en el ranking nacional (aunque por acá simplemente se llama al que está entre estos como puntaje nacional), no obstante hubieron 4 que omití, de las 70 preguntas, me sentí frustrado, para la otra será. No, no habrá otra, o quizá si haya, pero eso no es bueno así que mejor no pienso en si eso pasara.
Bah, tras eso nos juntamos con unos amigos, y comprobé que ya tengo una mala en esa última. No seré puntaje nacional, pero espero que por lo menos me vaya bien ahi, porque es la que más vale para la carrera que pienso estudiar.
Ha terminado, porque por ahora sólo queda esperar a los resultados.
martes, 24 de noviembre de 2009
Olía a muerte
Estaba yo, con mi apariencia física a los ocho años, atrapado en ese cuerpo del pasado, caminaba entre montañas, como del desierto; esa sequedad se podía ver; la típica imagen del esqueleto de toro semi enterrado estaba ahi también, a mi lado, mientras caminaba, a paso lento y constante, mientras en el cielo habían muchas estrellas de varios colores; rojo, verde, y una azul que se movía. Un cielo oscuro, que no sé por qué me daba la impresión de que si lo veía mucho, me iba a succionar, elevándome del suelo, llevándome a un viaje extraño y sin retorno a la estratosfera, y luego al espacio. Era tan raro el ambiente, y sabía que estar ahí era incómodo para mí.
Apresuré el paso, aunque ni siquiera supe por qué; simplemente me apresuré, y comencé a dar pasos como si estuviera en la luna; enormes pasos que se volvían lentos en el aire, de varios metros, como huyendo de algo, probablemente las estrellas luminiscentes. Saltaba y saltaba, entre lo que entonces eran mis singulares pasos.
Hasta que el desierto acabó, y llegué a una zona con basura, con apariencia de pseudo-vertedero. Conocía ese lugar, claramente.
"El agujero", un lugar en el cual la gente botada las cosas que ya no le servían, y que no dejaban a ala merced del camión de la basura, en su mayoría electrodomésticos, y mascotas muertas. Lo sé, porque ahi terminó un perro que tuve hace años. Mis padres me mintieron, me dijeron que se había escapado, pero mientras yo estaba en el colegio, mi perro se había muerto, dado que hacía días estaba raro; lo enterraron ahi, y no me enteré sino mucho tiempo después, cuando ya de mi perro sólo quedaban, los huesos, en jirones de carne podrida. Y así era con más gente; cada vez que iba por ahi, como un característico atajo para ir al supermercado, sentía ese olor desagradable y fuerte; el olor a muerte. Y siempre era así; yo caminaba, y a metros se podían ver cadáveres de mascotas. Una vez incluso vi a uno con el estómado abierto. No sé cómo ocurrió, y en ese momento no quise saberlo, pero en ese lugar estaba, yacía en la tierra, entre bolsas llenas de diversos artefactos inservibles, lleno de moscas, emanando ese olor. Cada vez que iba por ese atajo era lo mismo. Olía a muerte.
Cuando llegué a ese lugar, comencé a recordar todo esto, pero muy fugazmente, como si me fuera a morir y viera toda mi vida, pero en este caso era exclusivamente lo relacionado con ese lugar. Pronto mis pasos de astronauta cesaron, y volví a mi lento avanzar de antes. Las estrellas de colores murieron, apagándose de un momento a otro, o no sé. Pero el punto fue que volteé mi cabeza, y ya no estaban, ninguna de ellas. Pero cuando comencé a avanzar, a pocos segundos, vi en un monte, alumbrado por una roja luz emitida por un poste de luz, a tres perros, como Doberman, ahora que lo recuerdo, pero en ese momento los asocié con lobos. Los tres me miraban, fijamente, cono ojos inyectados de sangre brillosa, luminiscente, y recordé a las estrellas anteriores. A continuación el poste de luz se apagó, parpadeando primero como cual película de terror, y todo se volvió negro, una oscuridad absoluta, en la cual lo único que logré ver fueron los ojos rojos de los tres pelos; eran seis luces rojas, que luego comenzaron a moverse de a pares hacia mí. Lo sentí, y lo hice; comencé a correr en dirección opuesta a los canes, y caí, muchas veces, sobre bolsas de basura, incluso en una ocasión sentí haber pisado a un cadáver. Pero yo sólo corría, corría, hasta que me sentí que estaba nuevamente en la suave textura del desierto y sus dunas, entonces comencé nuevamente a caminar como Neil Armstrong, y de a poco sentí que los dejaba atrás. Hasta que no sentía sus frenéticos pasos tras de mí, y sonreí, y hasta lancé una carcajada. En ese momento miré hacia atras, y no había nada más que oscuridad negra y abrumadoramente densa, mas elevé mi mirada, y vi seis estrellas rojas. Que comenzaron a moverse a través del cielo en mi dirección. Nuevamente comencé a huir.
Entonces desperté.
Apresuré el paso, aunque ni siquiera supe por qué; simplemente me apresuré, y comencé a dar pasos como si estuviera en la luna; enormes pasos que se volvían lentos en el aire, de varios metros, como huyendo de algo, probablemente las estrellas luminiscentes. Saltaba y saltaba, entre lo que entonces eran mis singulares pasos.
Hasta que el desierto acabó, y llegué a una zona con basura, con apariencia de pseudo-vertedero. Conocía ese lugar, claramente.
"El agujero", un lugar en el cual la gente botada las cosas que ya no le servían, y que no dejaban a ala merced del camión de la basura, en su mayoría electrodomésticos, y mascotas muertas. Lo sé, porque ahi terminó un perro que tuve hace años. Mis padres me mintieron, me dijeron que se había escapado, pero mientras yo estaba en el colegio, mi perro se había muerto, dado que hacía días estaba raro; lo enterraron ahi, y no me enteré sino mucho tiempo después, cuando ya de mi perro sólo quedaban, los huesos, en jirones de carne podrida. Y así era con más gente; cada vez que iba por ahi, como un característico atajo para ir al supermercado, sentía ese olor desagradable y fuerte; el olor a muerte. Y siempre era así; yo caminaba, y a metros se podían ver cadáveres de mascotas. Una vez incluso vi a uno con el estómado abierto. No sé cómo ocurrió, y en ese momento no quise saberlo, pero en ese lugar estaba, yacía en la tierra, entre bolsas llenas de diversos artefactos inservibles, lleno de moscas, emanando ese olor. Cada vez que iba por ese atajo era lo mismo. Olía a muerte.
Cuando llegué a ese lugar, comencé a recordar todo esto, pero muy fugazmente, como si me fuera a morir y viera toda mi vida, pero en este caso era exclusivamente lo relacionado con ese lugar. Pronto mis pasos de astronauta cesaron, y volví a mi lento avanzar de antes. Las estrellas de colores murieron, apagándose de un momento a otro, o no sé. Pero el punto fue que volteé mi cabeza, y ya no estaban, ninguna de ellas. Pero cuando comencé a avanzar, a pocos segundos, vi en un monte, alumbrado por una roja luz emitida por un poste de luz, a tres perros, como Doberman, ahora que lo recuerdo, pero en ese momento los asocié con lobos. Los tres me miraban, fijamente, cono ojos inyectados de sangre brillosa, luminiscente, y recordé a las estrellas anteriores. A continuación el poste de luz se apagó, parpadeando primero como cual película de terror, y todo se volvió negro, una oscuridad absoluta, en la cual lo único que logré ver fueron los ojos rojos de los tres pelos; eran seis luces rojas, que luego comenzaron a moverse de a pares hacia mí. Lo sentí, y lo hice; comencé a correr en dirección opuesta a los canes, y caí, muchas veces, sobre bolsas de basura, incluso en una ocasión sentí haber pisado a un cadáver. Pero yo sólo corría, corría, hasta que me sentí que estaba nuevamente en la suave textura del desierto y sus dunas, entonces comencé nuevamente a caminar como Neil Armstrong, y de a poco sentí que los dejaba atrás. Hasta que no sentía sus frenéticos pasos tras de mí, y sonreí, y hasta lancé una carcajada. En ese momento miré hacia atras, y no había nada más que oscuridad negra y abrumadoramente densa, mas elevé mi mirada, y vi seis estrellas rojas. Que comenzaron a moverse a través del cielo en mi dirección. Nuevamente comencé a huir.
Entonces desperté.
lunes, 23 de noviembre de 2009
Haggard viene a Chile
Ni siquiera yo lo imaginaba; la que es, y ha sido desde el momento en que escuché por primera vez The Final Victory, mi banda favorita, vendrá a Chile el mes próximo, y lo mejor: me dan los medios como para ir a presenciar el espectáculo que será, o que de una u otra forma espero que sea, lo que allí acontecerá.
Y es porque algo así definitivamente no se ve todos los días; la única vez que los he visto ha sido a través de videos de youtube con calidad dudosa, y bueno, además de unos cuantos conciertos que tenía por ahí, pero esta vez estaré ahi, donde estarán interpretando probablemente sus temas de oro: Awaking the Centuries, Eppur si Muove, Per Aspera Ad Astra, y no sé, muchos más.
Eso sí, sólo tengo un problema, el cual conociéndome superaré a toda costa: justo durante esos días estaré volviendo de Argentina, llegando de nuevo a mi ciudad el día posterior al del concierto, dejándome con nada en las manos, pero ante esto estoy con el plan de quedarme en Santiago para verlos, y luego volver por mi cuenta al norte.
¡Qué va! De cualquier forma estaré ahi, saltaré, gritaré, y quizá tomaré fotos de mala calidad.
Y es porque algo así definitivamente no se ve todos los días; la única vez que los he visto ha sido a través de videos de youtube con calidad dudosa, y bueno, además de unos cuantos conciertos que tenía por ahí, pero esta vez estaré ahi, donde estarán interpretando probablemente sus temas de oro: Awaking the Centuries, Eppur si Muove, Per Aspera Ad Astra, y no sé, muchos más.
Eso sí, sólo tengo un problema, el cual conociéndome superaré a toda costa: justo durante esos días estaré volviendo de Argentina, llegando de nuevo a mi ciudad el día posterior al del concierto, dejándome con nada en las manos, pero ante esto estoy con el plan de quedarme en Santiago para verlos, y luego volver por mi cuenta al norte.
¡Qué va! De cualquier forma estaré ahi, saltaré, gritaré, y quizá tomaré fotos de mala calidad.
domingo, 22 de noviembre de 2009
Preparándose para La Cosa
Bueno, ya sólo iré a la escuela un par de veces, para algunas ceremonias. Ya todo acabó, no hay más estúpidas preocupaciones sobre calificaciones; salí bastante bien, a pesar de haber pasado la mitad del tiempo escolar, o dormido, o no poniendo atención, debido a ciertos factores.
Sin embargo, ahora se viene la prueba real, la culminación de cuatro sufridos años en los cuales presencié muchas cosas; videos falsos realizados en mi salón sobre una recreación de bullying, subidos a youtube, que luego tuvieron problemas legales y aparecieron en la TV, cómo un compañero rompía una ventana tras lanzar un tubo de PVC con mucha ira en la trayectoria, más ventanas rotas, pero con distintos modus operandi, bailes homosexuales por parte de otro compañero, idioteces por parte de todo el curso (me incluyo), entre una infinidad de cosas.
Y por lo mismo, dada la gravedad del asunto siguiente, o en cualquier caso, la que simula tener, y bastante bien, estos días haré algo que jamás he hecho en mi vida: estudiar más de un día antes a un exámen. Tengo cinco o séis días, así que creo que igual me sobrará tiempo, pero la idea es que me vaya bien, para quedar en la universidad que quiero.
Pero aún así, en cuanto a eso último, no sé por qué, durante los pasados días me ha llegado la duda: ¿Universidad de Chile, o Universidad Técnico Federico Santa María? Pasé la mitad del año convencido por la última, pero ahora no sé. Aunque de todos modos, aunque continúe dudoso cuando llegue el momento, optaré por la que antes era preponderante.
Así que estos días quizá me la pase, más tiempo estudiando, y haciendo ensayos, que durante los cuatro pasados años.
Sin embargo, ahora se viene la prueba real, la culminación de cuatro sufridos años en los cuales presencié muchas cosas; videos falsos realizados en mi salón sobre una recreación de bullying, subidos a youtube, que luego tuvieron problemas legales y aparecieron en la TV, cómo un compañero rompía una ventana tras lanzar un tubo de PVC con mucha ira en la trayectoria, más ventanas rotas, pero con distintos modus operandi, bailes homosexuales por parte de otro compañero, idioteces por parte de todo el curso (me incluyo), entre una infinidad de cosas.
Y por lo mismo, dada la gravedad del asunto siguiente, o en cualquier caso, la que simula tener, y bastante bien, estos días haré algo que jamás he hecho en mi vida: estudiar más de un día antes a un exámen. Tengo cinco o séis días, así que creo que igual me sobrará tiempo, pero la idea es que me vaya bien, para quedar en la universidad que quiero.
Pero aún así, en cuanto a eso último, no sé por qué, durante los pasados días me ha llegado la duda: ¿Universidad de Chile, o Universidad Técnico Federico Santa María? Pasé la mitad del año convencido por la última, pero ahora no sé. Aunque de todos modos, aunque continúe dudoso cuando llegue el momento, optaré por la que antes era preponderante.
Así que estos días quizá me la pase, más tiempo estudiando, y haciendo ensayos, que durante los cuatro pasados años.
sábado, 21 de noviembre de 2009
Navajas, encendedores y patrullas: Bonus Track
Hasta yo me vi un tanto impresionado cuando al salir de la casa, a un asado, a eso de las nueve de la noche, sin darme cuenta eché en mi bolsillo delantero derecho, además de lo común, un cuchillo. ¿Defensa personal?
Sólo sé que no sería de mi agrado pasar nuevamente horas entre amenazas, patrullas, y entrevistas.
Primer asalto con posterior proceso policial, algo debía salir de todo eso, aunque espero no dure mucho.
Sólo sé que no sería de mi agrado pasar nuevamente horas entre amenazas, patrullas, y entrevistas.
Primer asalto con posterior proceso policial, algo debía salir de todo eso, aunque espero no dure mucho.
martes, 17 de noviembre de 2009
Navajas, encendedores y patrullas
Cuento corto: Me asaltaron.
Creo que será una entrada larga, prepárese.
Era una grisásea mañana, con un toque de frío que hacía que pequeños toques en mis dedos fueran como golpes; siempre odié eso, desde que era pequeño. Me levanté, y supe que pese a que la maraña de actividades de despedida ya habían pasado, aunque aún quedan unas cuantas, debía ir de nuevo, debía ir.
Había ido a la escuela, pero no era para ser un alumno más. No, las clases ya acabaron. Fui con ropa de calle a un pequeño repaso de toda la materia, que es para reforzarnos para la tan mencionada P.S.U. que será dentro de un par de semanas, examen que tendré que rendir, a todo esto, junto a un gran puñado de amigos y compañeros, en un colegio famoso por su delincuencia, y bandalismo.
En fin, había sido lo de menos; después de eso se suponía iba a ir donde una amiga, a almorzar además, pero al final no resultó, y me hallé como alguien si nada que hacer, así que decidí ir a mi casa, y ahí planear algo para un martes aún más ocioso que los normales. Eso, hasta que bajando al patio trasero, vi a varios amigos charlando, así que me les uní. Curioso llegué, a paso confiado y cara de saber qué acontecía. Y claro, se iban a juntar a changuear (jugar videojuegos, ver alguna película, entre otras cosas relacionadas al tema) un rato, iban a jugar PlayStation 3, y hacer no sé qué en el notebook, así que decidí acompañarlos. No obstante, un par de amigos más, y una pareja también se unieron, por lo que los planes, amenazados por una sobrecantidad de gente, se vio amenazado. Y yo ya podía ver que todo aquello terminaría ahi mismo, y volvería a mi casa, a dormir, salir a dar una vuelta a todo sol, ver cuántas visitas tenía mi blog, etc.
Pero no, como un rayo de luz apareció un amigo que puso su casa para el simposio de frikismo; estaba todo arreglado, no obstante obviamente el Play 3 nor iría (no sé si era broma cuando me dijeron, pero creo que pesaba como seis kilos... cuando lo vi, sí, era grande), así que mi Play 2 la reemplazaría, el problema era ir a buscarla, así que al final decidimos que ellos se iban para la casa junta; se bajaban antes, y yo seguía; iría a buscar la consola, y volver al lugar establecido. Se oía simple, por lo que accedí.
Tomé la micro 214, compré cuatro grosos (chicles), una amiga me pidió uno. Bien, sólo me quedan tres, me senté en una ventana, y me puse a escuchar música (no, esta vez no apareció el tipo que vendía cd's pirateados de 'La noche'), y me fui tranquilo, masticando y observando el gran paisaje que se me daba mientras subíamos por el cerro: el cerro. Me dio sueño, pensé en dormirme, pero no quise, no sé por qué, tomando en cuenta que en la mañana, había dormido casi todo el viaje. Llegamos al punto de separación, y todos se bajaron, con sus chao, chabela, y otros derivados en la jerga, yo me mantuve sentado, esperando llegar a mi villa. El resto fue simple; escuchar música, y ver el paisaje urbano, que al menos era más entretenido que arena, tierra y rocas.
Hasta que ocurrió; me bajé de la micro, cruzé la avenida, y eché todo en una mochila, rápidamente, y partí de vuelta, embarcado en otra micro, no sin antes haberme relajado un poco; ver televisión acostado durante diez minutos jamás mató a nadie. Todo se veía normal; era como otro día en camino a esa población, que tiene fama de ser bandálica por las noches, aunque desde que tengo memoria, jamás me había pasado algo yendo a ese lugar.
Me bajé de la micro, 213, aunque antes me habían llamado porque me estaba tardando, y recorrí el camino que conectaba la parada, con la casa de mi amigo, al cual mantendré en el anonimato. Sí, habían flaites (gente, mayoritariamente menores de edad, que usan de vestimenta, shorts, un gorro, y un polerón con gorro, hagan cuarenta grados o estemos en una era glacial, logrando así el distintivo 'doble gorro'), pero nunca me había pasado nada. Hasta que casi llegando, a sólo metros, divisé a uno de estos tipos, estimé unos veinte años, que estaba parado en una esquina, y al verme me interceptó. Mierda.
"Oye, sabí, anoche me la trasnoché y no ando con nuino pa'l pan... me dariai algo"
"Lo siento, ando con lo justo, lamentablemente"
Sí, el hecho de que fuera mediodía, a plena luz, me dio un tanto de confianza, y no creí que pudiese suceder ahi, en plena calle, incluso comenzó una improvisada y sin sentido conversación. A continuación comencé a retirarme, hacia la casa destinada. Fue entonces cuando miré para atrás. Mierda, me está siguiendo.
Estaba a centímetros de la puerta, faltaba sólo golpear, cuando ya el acercamiento fue inevitable, y de hecho fue.
"A ver, ¿queri que te pegue un puntazo? ¡Ya hueón, pasa toas las monedas y el celular!"
Era mi primer asalto formal con amenaza y todo en mi vida (los anteriores fueron pseudo asaltos, o ni sé si ni siquiera se les pueda llamar así), y deduje que "puntazo" quería decir puñalada (creo que tendré que conseguirme un diccionario para esa jerga), cómo reaccioné... Pues, comencé a meterle conversa aleatoria, sobre por qué lo hacía, aunque sabía que en el fondo lo que pasaba era ya ineludible, mientras él metía su mano en un bolsillo y hacía notar algo que probablemente era una navaja (no pensaba mucho en ese momento, en todo caso), se me ocurrió pedir ayuda, pero entonces noté algo; la mayoría de las personas que estaba alrededor eran... más flaites, pensé entonces en golpear la puerta de mi amigo, que estaba como a medio metro, pero no, si el tipo efectivamente tenía un arma blanca, en que salieran de la casa, yo ya estaría sangrando, por lo que abandoné la idea, y decidí someterme. Así que le dije ya que le daría las monedas, aunque tenía pocas; abrí la mochila, sólo pensaba en ocultar el Play 2, y mostré un puñado de monedas; no más allá de mil cien pesos. Él, un tanto enojado porque su asalto del día al parecer no había sido muy fructífero que digamos, se empeñó en revisar rápidamente ese bolsillo de la mochila, sacándo una galleta que tenía hacía días allí, lo demás era basura; unos chicles envueltos, que no alcancé a botar, recuerdos de la despedida, entre otras cosas de poco valor monetario. Lo peor fue cuando quiso revisar el bolsillo grande de mi mochile, donde se encontraba mi consola; yo estaba hi sí preocupado; perdería la cosa que había sanado mi ocio durante tantos meses, pero mis plegarias al dios en que no creo fueron concedidas cuando al abrir la mochila sólo vio un polerón, para la noche, que había echado sobre el play minutos antes de bajarme de la micro, porque era molesto llevarlo en la mano (sí, si quieren considéreno obra de dios) y entonces se me ocurrió decir que ahi sólo había ropa y nada más. Bien, me creyó, o quizá le daba lástima, no lo sé. Además revisó mi billetera, y vio que no había más que mi pase escolar y unas cartas de valor más que nada sentimental; igual decidió llevárse la billetera vacía. Ante ésto, una pobre recaudación de su asalto, decidió exigir mi celular. Y yo, que andaba aún medio atontado por la situación, decidí hacer una negociación, aunque ahora que lo pienso, fui afortunado en que resultara.
"Ya hueón, tranquilo, mira, te paso el celular, y me dejai tranquilo, ¿ya?"
"Ya, hueón, dale, pero pasa el celular rápido hueón"
Ahí saqué de mi bolsillo mi celular que hacía poco había cumplido su año de vida, en mis manos, y se lo entregué sin reclamar, no sin antes pensar fugazmente en lo que se iba con ese celular. A continuación el tipo finalmente finalizaba su asalto, no sin antes amenazarme de matarme (no recuerdo qué palabras de esa jerga me dijo, pero yo las interpreté así), si llamaba a alguien, o algo así; no entendía del todo su lenguaje, mucho menos su código.
Posteriormente, ocurrió algo que quizá afirma que doy lástima; me dio un par de monedas para irme de ese lugar, de inmediato, tras lo cual comenzó a retirarse, a su esquina, a esperar probablemente a otra víctima.
Pero entonces, como una señal de salvación, vi una patrulla policial llegar al lugar, aunque en un principio no supe si efectivamente delatar al tipo, que aún estaba a sólo unos pasos de mí. Pero entonces, se detuvieron, y comenzaron a hablar con el antisocial, se bajaron, y como que lo rodearon. Entonces fue. Uno de los carabineros lo tomó de la mano y me preguntó si le había hecho algo, y entonces hablé, tras lo cual ambos policías redujeron al tipo, dejandolo contra el costado de la patrulla. Comenzaron a revisarlo. Y ahi fui viendo, feliz por dentro, como mis pertenencias salían de sus bolsillos, para luego ser dejadas en el vehículo, aunque ahi fue que descubrí que el arma blanca con la que me había amenazado había sido... un encendedor (bah, al menos no me arriesgué), luego dejaron al tipo en el suelo, mientras yo subía a la patrulla. Odié a una señora con aspecto flaite, de unos cuarenta años, que defendía al tipo que hacía minutos nada más me había abordado, alegando a que lo trataban mal, hasta que uno de los policías, tras muchos intentos de alejarla, le dijo.
"¿Acaso usted es cómplice? También la podemos llevar"
Ahi recién la vieja accedió a retirarse. Aunque igual mantuvo su distancia, mientras yo me refugiaba en la patrulla; veía hacia los lados, y había más flaites observando como su compañero de delitos estaba siendo capturado. Yo ya pensaba "se vengarán", así que me tapé como pude. Hasta que llegó otra patrulla y se llevaron al antisocial, mientras uno de los policías me interrogaba sobre mis datos, lo que me habían robado, y esas cosas. Pasados unos minutos los dos policías se embarcaron en el transporte y comenzaron a retirarse, llevándome a la comisaría, uno manejaba, mientras el otro llenaba los formularios (o lo que fueran) referentes a mi caso, y eran varios, recuerdo que en repetidas veces me preguntaron mi nombre, cédula de identidad, dirección, teléfono de casa, celular mío, celular de mi madre, y esas cosas. Íbamos en camino, cuando mi teléfono, recién recuperado, comenzó a vibrar.
"Hey, te llaman... 'El Ricardo'"
No esperaba menos; me preguntaban donde estaba, que me estaban esperando, y que por qué me tardaba tanto (menos mal que no me llamaron mientras el tipo me asaltaba, o mientras lo reducían; no sé qué habría hecho). Entonces ahi les conté brevemente mi historia: me habían asaltado.
"No te creo"
Reafirmé, dando algunos vagos detalles, para que me creyeran, lo malo de bromear mucho es que a veces los demás no saben cuándo hablas en serio, hasta que los convencí de que lo que había pasado era real; ahi se lamentó un poco él, y luego su novia tomó el control de la voz. Nuevamente las preguntas, sobre si había sido verdad, para luego seguir con las lamentaciones. Al menos se preocupaban, y eso me hizo sentir que tenía buenos amigos, aunque se acababa el año, y quizá jamás volvería a verlos (no, no lloré).
Así dimos unas vueltas por esa población a la que quizá no vuelva -quedé traumado-, en las cuales los policías pasaron por un colegio cercano, donde varios niños les decían "tíos", y una niña, probablemente hija de uno de los dos funcionarios, se subió, junto a un niño, a los cuales los fueron a dejar a la casa. ¿Yo? Callado, pensativo, rebuscado -traumatizado-.
Hasta que llegamos, a eso de las una y media, o por ahí. El punto es que nos bajamos del vehículo, y me llevaron a una sala, donde comenzaron a hacer eso temido: el papeleo. Según calculé, estuvimos al menos dos horas en ese lugar, me preguntaron mi nombre unas cinco veces, mi cédula unas cuatro más, firmé unas cuatro veces también, mis tres números telefónicos, pues como seis veces cada uno; jamás pensé que fuera tan largo. Y así pasé gran parte de mi tiempo libre en esa oficina. Me preguntaron un par de veces relatar cómo había sido todo, y yo, contaba y contaba. Tras esto supe algo; el tipo no tenía veinte años, sino... quince; beber, drogarse, descuidarte, y dejarte crecer el pelo hace que te veas más viejo. Comprobado.
Eso sí, admiro dos cosas; la efectividad de los policías, que justo pasaron por el lugar, y atraparon al ladrón; quizá sólo tuve suerte, mucha suerte. Y también, la buena actitud de los dos policías, que incluso hasta reían con 'chistes policiales':
"Uhh, cachái, el cabo Burgos, estaba sacando un código dos... y mientras lo hacía, ¡le llegó otro código dos!"
No mentiré, ni siquiera entendí estratosféricamente cuál era el chiste, pero se podría decir que sería chistoso si supiera qué era ese tal código dos. Y sí, no sé por qué, también lancé una falsa risa, casi muda. Aún así, los policías tuvieron una buena disposición, explicaban cosas que no entendía del formulario, eran amables, entre otras cosas, por lo que me fui con una buena impresión del cuerpo policial. O quizá... ellos eran los únicos así. Nah, prefiero generalizar apresuradamente.
Entonces llamaron a mi madre, a quien yo mismo le di la noticia, entre risas sin sentido alguno y lamentos; "me asaltaron". Qué decir, voló hasta la construcción. Además, justo estaba con mi abuela y una tía; la noticia se expandió más rápido que los rumores faranduleros; al rato varias llamadas para saber cómo estaba; si hasta mi padre, que veo como dos veces por año, vino a verme, para saber cómo me encontraba.
Y así, tras dos horas de relatar lo sucedido (el cargo quedó como "robo con intimidación"), repetir al menos tres veces cada dato personal mío, y sacarle fotos a la evidencia: mil cien pesos en monedas de cien, mi celular, y mi billetera de cuero. Terminé en mi casa, y lo admito, no me dieron ganas de salir, al menos no por el día, y quizá no por la semana, es hora de un relajo, meditación, y pensar en no sé qué. Eso sí, puede que de fiscalía me llamen para dar testimonio, o algo así.
Y sí, temo a represalias, aunque según el oficial en esos casos la mayoría de los drogadictos asalta aleatoriamente, y pocas veces recuerda a quien asalta; quizá lo dijo para tranquilizarme, pero igual; pasaré un buen rato refugiado. Al menos lo bueno es que probablemente el año que viene me mude lejos de aquí, muy muy lejos.
Pero aún así... prefiero prevenirme, para no ser amenazado nuevamente de recibir un "puntazo", con un... encendedor.
Creo que será una entrada larga, prepárese.
Era una grisásea mañana, con un toque de frío que hacía que pequeños toques en mis dedos fueran como golpes; siempre odié eso, desde que era pequeño. Me levanté, y supe que pese a que la maraña de actividades de despedida ya habían pasado, aunque aún quedan unas cuantas, debía ir de nuevo, debía ir.
Había ido a la escuela, pero no era para ser un alumno más. No, las clases ya acabaron. Fui con ropa de calle a un pequeño repaso de toda la materia, que es para reforzarnos para la tan mencionada P.S.U. que será dentro de un par de semanas, examen que tendré que rendir, a todo esto, junto a un gran puñado de amigos y compañeros, en un colegio famoso por su delincuencia, y bandalismo.
En fin, había sido lo de menos; después de eso se suponía iba a ir donde una amiga, a almorzar además, pero al final no resultó, y me hallé como alguien si nada que hacer, así que decidí ir a mi casa, y ahí planear algo para un martes aún más ocioso que los normales. Eso, hasta que bajando al patio trasero, vi a varios amigos charlando, así que me les uní. Curioso llegué, a paso confiado y cara de saber qué acontecía. Y claro, se iban a juntar a changuear (jugar videojuegos, ver alguna película, entre otras cosas relacionadas al tema) un rato, iban a jugar PlayStation 3, y hacer no sé qué en el notebook, así que decidí acompañarlos. No obstante, un par de amigos más, y una pareja también se unieron, por lo que los planes, amenazados por una sobrecantidad de gente, se vio amenazado. Y yo ya podía ver que todo aquello terminaría ahi mismo, y volvería a mi casa, a dormir, salir a dar una vuelta a todo sol, ver cuántas visitas tenía mi blog, etc.
Pero no, como un rayo de luz apareció un amigo que puso su casa para el simposio de frikismo; estaba todo arreglado, no obstante obviamente el Play 3 nor iría (no sé si era broma cuando me dijeron, pero creo que pesaba como seis kilos... cuando lo vi, sí, era grande), así que mi Play 2 la reemplazaría, el problema era ir a buscarla, así que al final decidimos que ellos se iban para la casa junta; se bajaban antes, y yo seguía; iría a buscar la consola, y volver al lugar establecido. Se oía simple, por lo que accedí.
Tomé la micro 214, compré cuatro grosos (chicles), una amiga me pidió uno. Bien, sólo me quedan tres, me senté en una ventana, y me puse a escuchar música (no, esta vez no apareció el tipo que vendía cd's pirateados de 'La noche'), y me fui tranquilo, masticando y observando el gran paisaje que se me daba mientras subíamos por el cerro: el cerro. Me dio sueño, pensé en dormirme, pero no quise, no sé por qué, tomando en cuenta que en la mañana, había dormido casi todo el viaje. Llegamos al punto de separación, y todos se bajaron, con sus chao, chabela, y otros derivados en la jerga, yo me mantuve sentado, esperando llegar a mi villa. El resto fue simple; escuchar música, y ver el paisaje urbano, que al menos era más entretenido que arena, tierra y rocas.
Hasta que ocurrió; me bajé de la micro, cruzé la avenida, y eché todo en una mochila, rápidamente, y partí de vuelta, embarcado en otra micro, no sin antes haberme relajado un poco; ver televisión acostado durante diez minutos jamás mató a nadie. Todo se veía normal; era como otro día en camino a esa población, que tiene fama de ser bandálica por las noches, aunque desde que tengo memoria, jamás me había pasado algo yendo a ese lugar.
Me bajé de la micro, 213, aunque antes me habían llamado porque me estaba tardando, y recorrí el camino que conectaba la parada, con la casa de mi amigo, al cual mantendré en el anonimato. Sí, habían flaites (gente, mayoritariamente menores de edad, que usan de vestimenta, shorts, un gorro, y un polerón con gorro, hagan cuarenta grados o estemos en una era glacial, logrando así el distintivo 'doble gorro'), pero nunca me había pasado nada. Hasta que casi llegando, a sólo metros, divisé a uno de estos tipos, estimé unos veinte años, que estaba parado en una esquina, y al verme me interceptó. Mierda.
"Oye, sabí, anoche me la trasnoché y no ando con nuino pa'l pan... me dariai algo"
"Lo siento, ando con lo justo, lamentablemente"
Sí, el hecho de que fuera mediodía, a plena luz, me dio un tanto de confianza, y no creí que pudiese suceder ahi, en plena calle, incluso comenzó una improvisada y sin sentido conversación. A continuación comencé a retirarme, hacia la casa destinada. Fue entonces cuando miré para atrás. Mierda, me está siguiendo.
Estaba a centímetros de la puerta, faltaba sólo golpear, cuando ya el acercamiento fue inevitable, y de hecho fue.
"A ver, ¿queri que te pegue un puntazo? ¡Ya hueón, pasa toas las monedas y el celular!"
Era mi primer asalto formal con amenaza y todo en mi vida (los anteriores fueron pseudo asaltos, o ni sé si ni siquiera se les pueda llamar así), y deduje que "puntazo" quería decir puñalada (creo que tendré que conseguirme un diccionario para esa jerga), cómo reaccioné... Pues, comencé a meterle conversa aleatoria, sobre por qué lo hacía, aunque sabía que en el fondo lo que pasaba era ya ineludible, mientras él metía su mano en un bolsillo y hacía notar algo que probablemente era una navaja (no pensaba mucho en ese momento, en todo caso), se me ocurrió pedir ayuda, pero entonces noté algo; la mayoría de las personas que estaba alrededor eran... más flaites, pensé entonces en golpear la puerta de mi amigo, que estaba como a medio metro, pero no, si el tipo efectivamente tenía un arma blanca, en que salieran de la casa, yo ya estaría sangrando, por lo que abandoné la idea, y decidí someterme. Así que le dije ya que le daría las monedas, aunque tenía pocas; abrí la mochila, sólo pensaba en ocultar el Play 2, y mostré un puñado de monedas; no más allá de mil cien pesos. Él, un tanto enojado porque su asalto del día al parecer no había sido muy fructífero que digamos, se empeñó en revisar rápidamente ese bolsillo de la mochila, sacándo una galleta que tenía hacía días allí, lo demás era basura; unos chicles envueltos, que no alcancé a botar, recuerdos de la despedida, entre otras cosas de poco valor monetario. Lo peor fue cuando quiso revisar el bolsillo grande de mi mochile, donde se encontraba mi consola; yo estaba hi sí preocupado; perdería la cosa que había sanado mi ocio durante tantos meses, pero mis plegarias al dios en que no creo fueron concedidas cuando al abrir la mochila sólo vio un polerón, para la noche, que había echado sobre el play minutos antes de bajarme de la micro, porque era molesto llevarlo en la mano (sí, si quieren considéreno obra de dios) y entonces se me ocurrió decir que ahi sólo había ropa y nada más. Bien, me creyó, o quizá le daba lástima, no lo sé. Además revisó mi billetera, y vio que no había más que mi pase escolar y unas cartas de valor más que nada sentimental; igual decidió llevárse la billetera vacía. Ante ésto, una pobre recaudación de su asalto, decidió exigir mi celular. Y yo, que andaba aún medio atontado por la situación, decidí hacer una negociación, aunque ahora que lo pienso, fui afortunado en que resultara.
"Ya hueón, tranquilo, mira, te paso el celular, y me dejai tranquilo, ¿ya?"
"Ya, hueón, dale, pero pasa el celular rápido hueón"
Ahí saqué de mi bolsillo mi celular que hacía poco había cumplido su año de vida, en mis manos, y se lo entregué sin reclamar, no sin antes pensar fugazmente en lo que se iba con ese celular. A continuación el tipo finalmente finalizaba su asalto, no sin antes amenazarme de matarme (no recuerdo qué palabras de esa jerga me dijo, pero yo las interpreté así), si llamaba a alguien, o algo así; no entendía del todo su lenguaje, mucho menos su código.
Posteriormente, ocurrió algo que quizá afirma que doy lástima; me dio un par de monedas para irme de ese lugar, de inmediato, tras lo cual comenzó a retirarse, a su esquina, a esperar probablemente a otra víctima.
Pero entonces, como una señal de salvación, vi una patrulla policial llegar al lugar, aunque en un principio no supe si efectivamente delatar al tipo, que aún estaba a sólo unos pasos de mí. Pero entonces, se detuvieron, y comenzaron a hablar con el antisocial, se bajaron, y como que lo rodearon. Entonces fue. Uno de los carabineros lo tomó de la mano y me preguntó si le había hecho algo, y entonces hablé, tras lo cual ambos policías redujeron al tipo, dejandolo contra el costado de la patrulla. Comenzaron a revisarlo. Y ahi fui viendo, feliz por dentro, como mis pertenencias salían de sus bolsillos, para luego ser dejadas en el vehículo, aunque ahi fue que descubrí que el arma blanca con la que me había amenazado había sido... un encendedor (bah, al menos no me arriesgué), luego dejaron al tipo en el suelo, mientras yo subía a la patrulla. Odié a una señora con aspecto flaite, de unos cuarenta años, que defendía al tipo que hacía minutos nada más me había abordado, alegando a que lo trataban mal, hasta que uno de los policías, tras muchos intentos de alejarla, le dijo.
"¿Acaso usted es cómplice? También la podemos llevar"
Ahi recién la vieja accedió a retirarse. Aunque igual mantuvo su distancia, mientras yo me refugiaba en la patrulla; veía hacia los lados, y había más flaites observando como su compañero de delitos estaba siendo capturado. Yo ya pensaba "se vengarán", así que me tapé como pude. Hasta que llegó otra patrulla y se llevaron al antisocial, mientras uno de los policías me interrogaba sobre mis datos, lo que me habían robado, y esas cosas. Pasados unos minutos los dos policías se embarcaron en el transporte y comenzaron a retirarse, llevándome a la comisaría, uno manejaba, mientras el otro llenaba los formularios (o lo que fueran) referentes a mi caso, y eran varios, recuerdo que en repetidas veces me preguntaron mi nombre, cédula de identidad, dirección, teléfono de casa, celular mío, celular de mi madre, y esas cosas. Íbamos en camino, cuando mi teléfono, recién recuperado, comenzó a vibrar.
"Hey, te llaman... 'El Ricardo'"
No esperaba menos; me preguntaban donde estaba, que me estaban esperando, y que por qué me tardaba tanto (menos mal que no me llamaron mientras el tipo me asaltaba, o mientras lo reducían; no sé qué habría hecho). Entonces ahi les conté brevemente mi historia: me habían asaltado.
"No te creo"
Reafirmé, dando algunos vagos detalles, para que me creyeran, lo malo de bromear mucho es que a veces los demás no saben cuándo hablas en serio, hasta que los convencí de que lo que había pasado era real; ahi se lamentó un poco él, y luego su novia tomó el control de la voz. Nuevamente las preguntas, sobre si había sido verdad, para luego seguir con las lamentaciones. Al menos se preocupaban, y eso me hizo sentir que tenía buenos amigos, aunque se acababa el año, y quizá jamás volvería a verlos (no, no lloré).
Así dimos unas vueltas por esa población a la que quizá no vuelva -quedé traumado-, en las cuales los policías pasaron por un colegio cercano, donde varios niños les decían "tíos", y una niña, probablemente hija de uno de los dos funcionarios, se subió, junto a un niño, a los cuales los fueron a dejar a la casa. ¿Yo? Callado, pensativo, rebuscado -traumatizado-.
Hasta que llegamos, a eso de las una y media, o por ahí. El punto es que nos bajamos del vehículo, y me llevaron a una sala, donde comenzaron a hacer eso temido: el papeleo. Según calculé, estuvimos al menos dos horas en ese lugar, me preguntaron mi nombre unas cinco veces, mi cédula unas cuatro más, firmé unas cuatro veces también, mis tres números telefónicos, pues como seis veces cada uno; jamás pensé que fuera tan largo. Y así pasé gran parte de mi tiempo libre en esa oficina. Me preguntaron un par de veces relatar cómo había sido todo, y yo, contaba y contaba. Tras esto supe algo; el tipo no tenía veinte años, sino... quince; beber, drogarse, descuidarte, y dejarte crecer el pelo hace que te veas más viejo. Comprobado.
Eso sí, admiro dos cosas; la efectividad de los policías, que justo pasaron por el lugar, y atraparon al ladrón; quizá sólo tuve suerte, mucha suerte. Y también, la buena actitud de los dos policías, que incluso hasta reían con 'chistes policiales':
"Uhh, cachái, el cabo Burgos, estaba sacando un código dos... y mientras lo hacía, ¡le llegó otro código dos!"
No mentiré, ni siquiera entendí estratosféricamente cuál era el chiste, pero se podría decir que sería chistoso si supiera qué era ese tal código dos. Y sí, no sé por qué, también lancé una falsa risa, casi muda. Aún así, los policías tuvieron una buena disposición, explicaban cosas que no entendía del formulario, eran amables, entre otras cosas, por lo que me fui con una buena impresión del cuerpo policial. O quizá... ellos eran los únicos así. Nah, prefiero generalizar apresuradamente.
Entonces llamaron a mi madre, a quien yo mismo le di la noticia, entre risas sin sentido alguno y lamentos; "me asaltaron". Qué decir, voló hasta la construcción. Además, justo estaba con mi abuela y una tía; la noticia se expandió más rápido que los rumores faranduleros; al rato varias llamadas para saber cómo estaba; si hasta mi padre, que veo como dos veces por año, vino a verme, para saber cómo me encontraba.
Y así, tras dos horas de relatar lo sucedido (el cargo quedó como "robo con intimidación"), repetir al menos tres veces cada dato personal mío, y sacarle fotos a la evidencia: mil cien pesos en monedas de cien, mi celular, y mi billetera de cuero. Terminé en mi casa, y lo admito, no me dieron ganas de salir, al menos no por el día, y quizá no por la semana, es hora de un relajo, meditación, y pensar en no sé qué. Eso sí, puede que de fiscalía me llamen para dar testimonio, o algo así.
Y sí, temo a represalias, aunque según el oficial en esos casos la mayoría de los drogadictos asalta aleatoriamente, y pocas veces recuerda a quien asalta; quizá lo dijo para tranquilizarme, pero igual; pasaré un buen rato refugiado. Al menos lo bueno es que probablemente el año que viene me mude lejos de aquí, muy muy lejos.
Pero aún así... prefiero prevenirme, para no ser amenazado nuevamente de recibir un "puntazo", con un... encendedor.
lunes, 16 de noviembre de 2009
El camino de la felicidad
¡Lea ya! ¡Imperdible! ¡Amsa lloró como una niñita! ¡Lea ya! ¡No se volverá a repetir!
Ya se venía venir, de todos modos, así que no me sorprendió mucho. No así fue con mis amigos y compañeros, entre los cuales algunos, que mantendré en el anonimato (ejem, marin, ejem, r), se sorprendieron, o casi lo hicieron, ante lo que vieron en mí.
Y es porque, así como soy un tanto introvertido (con ocasionales impulsos sociales), soy bastante frío, y no tengo memoria de que alguno me haya visto llorar en el último tiempo (más que una sola, única y fugaz, vez en el plan). No obstante, hoy no ocurrió así.
Y lo estúpido, es que ni siquiera sé si lo que aconteció ahí causó mi respuesta, o quizá sólo me contagiaron la tristeza. Porque lo que presentaron ahí, en cuanto a mí mismo, no me afectó mucho que digamos.
Estábamos haciendo un ensayo para la P.S.U.* de matemáticas, lo recuerdo claramente, debido a que no respondí nada, ya que no era necesario entregarla, o al menos eso creí, dado que al final igual pasé los últimos minutos copiando las respuestas de un amigo. Hablar de cómo fue esa situación creo sólo alejará a los lectores del tema principal, así que no escatimaré en ello, para no perder tiempo, letras y líneas.
El punto es que tras ese ensayo, yo planeaba largarme del colegio, lo antes posible (es incluso chistoso que te reten por el largo de tu cabello, exigiéndote de que debes cortártelo, el último día de clases), olvidarme de él, y listo, planear cómo serían los próximos meses, tomando en cuenta que aún no tengo todo 'agendado'. Mas de un momento a otro, todos se pusieron a vociferar cantos referentes a un adiós, debía de suponerse, después de todo, era el último día de clases. ¿Yo? Como buen seguidor de la masa, comencé a cantar también, pero a los segundos me detuve y simplemente avanzé; salí de la sala, para ver las barandas repletas de estudiantes, aplaudiendo, gritando, perdiendo clases, etc, mientras nosotros, generación 2009, bajábamos hasta el primer piso, dado que obviamente algo estaba preparado para nosotros.
Y así fue, llegamos, y nos reunimos en una sola masa de cuartos medios, aunque sólo duró unas decenas de segundos, dado que luego, incluso entre la masa, la gente se separó hacia sus grupos de amigos, y no me excluyo. Así que ahi charlamos por otros fugaces segundos, hasta que comenzó el acto; se subió un funcionario, a presentar una despedida que nos tenían preparada los de segundo básico; se subieron todos a la tarima, y cantaron la canción You'll be in my heart de Phill Collins, más conocida como la de Tarzán, pero en inglés, y esto último no fue óptimo; niños de siete años y canciones completas en inglés no calzan mucho que digamos, resultando en una letra poco entendible. Pero aún así, admito que fue un bonito gesto, y aún con el problema de lengua, salió bastante bien, acorde al momento.
Tras la canción, se subió al escenario un profesor que jamás me ha hecho clases a mí, pero sí a otros compañeros (de otro plan), y comenzó a dar un discurso, bastante largo, pero correcto, aunque doy por hecho que no recuerdo mucho de lo que dijo, y sí, pasé gran parte del tiempo hablando con uno que otro amigo. Sin embargo, mientras esto acontecía, los niños hicieron otro gesto, probablemente por orden de su profesora; entregarnos a cada uno un corazón que decía "Good Luck" y el nombre del niño, acompañado de su generación, 2019... tienen para rato, aunque supongo más de alguno se debió haber quedado sin su corazón, pobre. Tras el largo discurso del profesor, de dos hojas, ¡yo mismo ví cuando cambió de hoja! La actividad en ese patio se dio por acabada, y nos dijeron que fuéramos por el "Camino de la felicidad", que era representado por un pasaje del cual las murallas consistían en niños, para luego pasar a ser profesores e inspectores. Avanzamos, y ahi los de básica comenzaron a darnos obsequios, preferentente rosas o flores, o un globo, aunque no faltó el que se olvidó de traer su rosa, y nervioso por una anotación negativa por no traer su "material de trabajo", me dio su colación (sí, al final acabé desconcertado con un chocolate Safari Kids, y unas galletas Din Don, en mi bolsillo). Entre regalos, y los posteriores saludos de profesores, animosos tanto como nostálgicos, en un mar de emociones que ahi vi en variados rostros, algunos bastante estimados, atravesé ese paraje que significaba un adiós a ese ambiente; concluía mi último día formal de clases.
Pero no concluía del todo la actividad; de eso me di cuenta cuando al pasar a las canchas, noté que en las galerías estaban varios, muchos apoderados,y sí, divisé a mi madre en la baranda, saludándome. Avancé, hasta que quedamos en el escenario, todos los cuartos medios, para luego, nuevamente, juntarse con sus grupos. Entonces comenzó todo, cuando una profesora comenzó a hablar, sobre que este era un gran paso, y eso, hasta que habló un inspector, que se había mudado a otra sece del colegio.
Desde hace años, le temíamos, apenas aparecía la mayoría se amansaba, temerosa, mientras él hablaba, con voz imponente, y por ello, obviamente cuando se fue, todos fueron más sueltos en sus acciones. Pero ese no era el tirano vil que te asesinaba con sólo dirigirte la mirada. No, el que hablaba ahora, era una dolida persona, lejos de su profesión, hablando como un ser humano más, llorando, tomando en cuenta la especial situación de su hijo, que justamente también se graduaba. Y como deducirán por la entrada anterior, soy un tanto vulnerable al contagio de tristeza, y ahi comencé a lagrimear, acompañado de una música ambiental bastante triste, propia de estas ceremonias.
Después de él, creo que un funcionario más dijo unas palabras, refiriéndose al trayecto que se había recorrido este tiempo, o algo así, tras lo cual se dio la pasada a los apoderados a ver a sus hijos. Ahí me reuní con mi madre, así como mis compañeros, vi a varios llorando, pero quise mantenerme sin lagrimear mucho, así que me contuve, me junté después con mis amigos, y cuando fuimos a tomarnos una fotografía, justo para eso, segundos antes, fui derrotado; me aparté y me apoyé en un pilar, mientras... sí... lloraba.
Lloré como no había llorado hacía tiempo, y allí pude ver la reacción de algunos compañeros, unos me estimaban, me apoyaban, otros se veían sorprendidos, para luego decirme "soy llorón", para luego ambos reir un rato. y creo que, efectivamente, en todas las fotos que me tomé en esa ocasión, o salía llorando, o con los ojos rojos. vaya, qué recuerdo para el futuro.
Lo interesante de esto es que choca con una cosa que dije hace tiempo; incluso afirmé ser en extremo frío, e incluso no amar (aunque luego esto último se fue a la mierda, pero bueno, sí era frío). Pero los que habían escuchado eso de mi boca ¿Cómo me hallaban? Llorando, como una niñita, como resultado del ambiente, la emoción, la ocasión, y las personas que a su vez lloraban a mi alrededor.
Incluso un amigo que creo fue el más sorprendido (o no sé si realmente así fue), empezó a recordarme eso en repetidas veces durante la ceremonia. "Ahora desquitó todo lo reprimido en cuatro años" "¿Pero cómo? El tipo que no ama", entre otras. Sí, eso me animó, lo admito, y me ayudó a reírme de mi propia condición de llorón. Allí me despedí de varios amigos, uno a uno, bastante emotivo, bastante, aunque me descolocó que amigos que sí habían llorado antes, ahora estaban con los ojos intactos, y yo, el que no había llorado, ahora se mostraba con los ojos bañados en lágrimas.
¿El resto? Fue ya más alegre; fuimos a las canchas del lado este, y ahi comimos anticuchos, los cuales, en combinación con la música de Américo, lograron que desaparecieran las lágrimas en mis ojos, al menos en parte. Charlamos, nos sacamos fotos como plan, pifiamos a los demás, saltamos, gritamos, entre varias cosas, digno de un final alegre y vivo. Me comí cuatro anticuchos** y morí, aunque otros tenían estómagos alterados seriamente, con los cuales podían comer ocho, o incluso once, en un caso. Ya todo era goce, y aprovechar lo poco que quedaba. Recordamos un video de inglés que hicimos, en el cual yo hacía de un transmutado Américo, que bailaba como Michael Jackson, haciendo la caminata lunar y agarrándose la entrepierna dando el grito característico. Algunos rayaban sus polerones, con mensajes de otros amigos, otros sus poleras (yo no, porque lo regalaré intacto a alguien), y todos disfrutaban, de forma grata (sí, sé que ya lo dije).
Reí, sonreí, lloré, grité, aunque esto lo hago a menudo sin motivo alguno, canté el coro de una cumbia, entre muchas cosas.
La pasé bien. Fue un gran día.
Muchas veces, desde entonces (hace como unas nueve horas), me he preguntado si alguna vez experimentaré algo así nuevamente.
*Prueba de Selección Universitaria: un examen mediante el cual miden cuánto saben, el cual influye en tus oportunidad al estudiar en alguna universidad.
**Carne, cebolla, salchicas, chorizo, y variaciones, ensartados en una varilla de madera
Ya se venía venir, de todos modos, así que no me sorprendió mucho. No así fue con mis amigos y compañeros, entre los cuales algunos, que mantendré en el anonimato (ejem, marin, ejem, r), se sorprendieron, o casi lo hicieron, ante lo que vieron en mí.
Y es porque, así como soy un tanto introvertido (con ocasionales impulsos sociales), soy bastante frío, y no tengo memoria de que alguno me haya visto llorar en el último tiempo (más que una sola, única y fugaz, vez en el plan). No obstante, hoy no ocurrió así.
Y lo estúpido, es que ni siquiera sé si lo que aconteció ahí causó mi respuesta, o quizá sólo me contagiaron la tristeza. Porque lo que presentaron ahí, en cuanto a mí mismo, no me afectó mucho que digamos.
Estábamos haciendo un ensayo para la P.S.U.* de matemáticas, lo recuerdo claramente, debido a que no respondí nada, ya que no era necesario entregarla, o al menos eso creí, dado que al final igual pasé los últimos minutos copiando las respuestas de un amigo. Hablar de cómo fue esa situación creo sólo alejará a los lectores del tema principal, así que no escatimaré en ello, para no perder tiempo, letras y líneas.
El punto es que tras ese ensayo, yo planeaba largarme del colegio, lo antes posible (es incluso chistoso que te reten por el largo de tu cabello, exigiéndote de que debes cortártelo, el último día de clases), olvidarme de él, y listo, planear cómo serían los próximos meses, tomando en cuenta que aún no tengo todo 'agendado'. Mas de un momento a otro, todos se pusieron a vociferar cantos referentes a un adiós, debía de suponerse, después de todo, era el último día de clases. ¿Yo? Como buen seguidor de la masa, comencé a cantar también, pero a los segundos me detuve y simplemente avanzé; salí de la sala, para ver las barandas repletas de estudiantes, aplaudiendo, gritando, perdiendo clases, etc, mientras nosotros, generación 2009, bajábamos hasta el primer piso, dado que obviamente algo estaba preparado para nosotros.
Y así fue, llegamos, y nos reunimos en una sola masa de cuartos medios, aunque sólo duró unas decenas de segundos, dado que luego, incluso entre la masa, la gente se separó hacia sus grupos de amigos, y no me excluyo. Así que ahi charlamos por otros fugaces segundos, hasta que comenzó el acto; se subió un funcionario, a presentar una despedida que nos tenían preparada los de segundo básico; se subieron todos a la tarima, y cantaron la canción You'll be in my heart de Phill Collins, más conocida como la de Tarzán, pero en inglés, y esto último no fue óptimo; niños de siete años y canciones completas en inglés no calzan mucho que digamos, resultando en una letra poco entendible. Pero aún así, admito que fue un bonito gesto, y aún con el problema de lengua, salió bastante bien, acorde al momento.
Tras la canción, se subió al escenario un profesor que jamás me ha hecho clases a mí, pero sí a otros compañeros (de otro plan), y comenzó a dar un discurso, bastante largo, pero correcto, aunque doy por hecho que no recuerdo mucho de lo que dijo, y sí, pasé gran parte del tiempo hablando con uno que otro amigo. Sin embargo, mientras esto acontecía, los niños hicieron otro gesto, probablemente por orden de su profesora; entregarnos a cada uno un corazón que decía "Good Luck" y el nombre del niño, acompañado de su generación, 2019... tienen para rato, aunque supongo más de alguno se debió haber quedado sin su corazón, pobre. Tras el largo discurso del profesor, de dos hojas, ¡yo mismo ví cuando cambió de hoja! La actividad en ese patio se dio por acabada, y nos dijeron que fuéramos por el "Camino de la felicidad", que era representado por un pasaje del cual las murallas consistían en niños, para luego pasar a ser profesores e inspectores. Avanzamos, y ahi los de básica comenzaron a darnos obsequios, preferentente rosas o flores, o un globo, aunque no faltó el que se olvidó de traer su rosa, y nervioso por una anotación negativa por no traer su "material de trabajo", me dio su colación (sí, al final acabé desconcertado con un chocolate Safari Kids, y unas galletas Din Don, en mi bolsillo). Entre regalos, y los posteriores saludos de profesores, animosos tanto como nostálgicos, en un mar de emociones que ahi vi en variados rostros, algunos bastante estimados, atravesé ese paraje que significaba un adiós a ese ambiente; concluía mi último día formal de clases.
Pero no concluía del todo la actividad; de eso me di cuenta cuando al pasar a las canchas, noté que en las galerías estaban varios, muchos apoderados,y sí, divisé a mi madre en la baranda, saludándome. Avancé, hasta que quedamos en el escenario, todos los cuartos medios, para luego, nuevamente, juntarse con sus grupos. Entonces comenzó todo, cuando una profesora comenzó a hablar, sobre que este era un gran paso, y eso, hasta que habló un inspector, que se había mudado a otra sece del colegio.
Desde hace años, le temíamos, apenas aparecía la mayoría se amansaba, temerosa, mientras él hablaba, con voz imponente, y por ello, obviamente cuando se fue, todos fueron más sueltos en sus acciones. Pero ese no era el tirano vil que te asesinaba con sólo dirigirte la mirada. No, el que hablaba ahora, era una dolida persona, lejos de su profesión, hablando como un ser humano más, llorando, tomando en cuenta la especial situación de su hijo, que justamente también se graduaba. Y como deducirán por la entrada anterior, soy un tanto vulnerable al contagio de tristeza, y ahi comencé a lagrimear, acompañado de una música ambiental bastante triste, propia de estas ceremonias.
Después de él, creo que un funcionario más dijo unas palabras, refiriéndose al trayecto que se había recorrido este tiempo, o algo así, tras lo cual se dio la pasada a los apoderados a ver a sus hijos. Ahí me reuní con mi madre, así como mis compañeros, vi a varios llorando, pero quise mantenerme sin lagrimear mucho, así que me contuve, me junté después con mis amigos, y cuando fuimos a tomarnos una fotografía, justo para eso, segundos antes, fui derrotado; me aparté y me apoyé en un pilar, mientras... sí... lloraba.
Lloré como no había llorado hacía tiempo, y allí pude ver la reacción de algunos compañeros, unos me estimaban, me apoyaban, otros se veían sorprendidos, para luego decirme "soy llorón", para luego ambos reir un rato. y creo que, efectivamente, en todas las fotos que me tomé en esa ocasión, o salía llorando, o con los ojos rojos. vaya, qué recuerdo para el futuro.
Lo interesante de esto es que choca con una cosa que dije hace tiempo; incluso afirmé ser en extremo frío, e incluso no amar (aunque luego esto último se fue a la mierda, pero bueno, sí era frío). Pero los que habían escuchado eso de mi boca ¿Cómo me hallaban? Llorando, como una niñita, como resultado del ambiente, la emoción, la ocasión, y las personas que a su vez lloraban a mi alrededor.
Incluso un amigo que creo fue el más sorprendido (o no sé si realmente así fue), empezó a recordarme eso en repetidas veces durante la ceremonia. "Ahora desquitó todo lo reprimido en cuatro años" "¿Pero cómo? El tipo que no ama", entre otras. Sí, eso me animó, lo admito, y me ayudó a reírme de mi propia condición de llorón. Allí me despedí de varios amigos, uno a uno, bastante emotivo, bastante, aunque me descolocó que amigos que sí habían llorado antes, ahora estaban con los ojos intactos, y yo, el que no había llorado, ahora se mostraba con los ojos bañados en lágrimas.
¿El resto? Fue ya más alegre; fuimos a las canchas del lado este, y ahi comimos anticuchos, los cuales, en combinación con la música de Américo, lograron que desaparecieran las lágrimas en mis ojos, al menos en parte. Charlamos, nos sacamos fotos como plan, pifiamos a los demás, saltamos, gritamos, entre varias cosas, digno de un final alegre y vivo. Me comí cuatro anticuchos** y morí, aunque otros tenían estómagos alterados seriamente, con los cuales podían comer ocho, o incluso once, en un caso. Ya todo era goce, y aprovechar lo poco que quedaba. Recordamos un video de inglés que hicimos, en el cual yo hacía de un transmutado Américo, que bailaba como Michael Jackson, haciendo la caminata lunar y agarrándose la entrepierna dando el grito característico. Algunos rayaban sus polerones, con mensajes de otros amigos, otros sus poleras (yo no, porque lo regalaré intacto a alguien), y todos disfrutaban, de forma grata (sí, sé que ya lo dije).
Reí, sonreí, lloré, grité, aunque esto lo hago a menudo sin motivo alguno, canté el coro de una cumbia, entre muchas cosas.
La pasé bien. Fue un gran día.
Muchas veces, desde entonces (hace como unas nueve horas), me he preguntado si alguna vez experimentaré algo así nuevamente.
*Prueba de Selección Universitaria: un examen mediante el cual miden cuánto saben, el cual influye en tus oportunidad al estudiar en alguna universidad.
**Carne, cebolla, salchicas, chorizo, y variaciones, ensartados en una varilla de madera
viernes, 13 de noviembre de 2009
A llorar se ha dicho
Bueno, se acaba el año escolar, el cual es el último (como ya he dicho miles de veces, en diversas entradas anteriores). Y esto se hace ver en los más sentimentales.
Jamás volverás a ver cinco días a la semana a ese amigo querido, a quien conoces desde los diez años, ni molestarás al otro, ni charlarás con ése de ahí, y olvídate del nerd, todo se acaba. Y para enfatizar esta faceta del adiós, en mi plan* decidieron hacer una actividad última que involucraba a todos; un acto, tipo farandulero, vídeos con fotos de algunos del plan, acompañadas de una canción que se refiriera al adiós, completos, una canción cantada por una amiga, que canta bastante bien, y palabras de varios referentes a qué vivieron durante esos dos años que ya pasaron, y tal como dicen, pasaron volando. Y sí, varios comenzaron a llorar, incluyendo a los dos profesores principales del plan, pese a que uno sólo estuvo el año pasado con nosotros.
Fue emotivo, lo admito, e incluso, pese a que no soy muy bueno para llorar, casi lo hago, y digo casi porque alguien lo arruinó, alguien que quedará como la inspectora de nuestro piso; estábamos ahí, en una sala, llegando probablemente al final de la actividad, el hecho de que un compañero comenzara a llorar mientras decía unas palabras igual me contagió la tristeza, y ya sentía ese cosquilleo extraño que uno siente cuando sabe que no falta mucho para que algo salga de tus ojos, y recorra tus mejillas como gotas, que no sabes si borrarlas de inmediato, o dejar que sigan su camino hasta la base de tu cara.
Mas justo entonces, entró el personaje, que si bien no odio y en parte comprendo por qué lo hizo, y con un acento enojado nos dijo que necesitaban la sala, que otro curso la requería, que la actividad tenía un horario y listo, después de la hora término todos debían irse. Sí, formalidad, era obvio que a ella, como encargada del piso, le iba a llegar el reto porque extendimos el tiempo (y de hecho, le llegó), pero igual... Considero inadecuado y hasta fuera de lugar poner tiempo límite a algo así; estás emocionado, quieres que el momento dure, que no se olvide fácilmente, pero justo te dicen a la oreja que esa gran actividad, en la que hay muchos entrando al llanto, tiene que seguir una pauta preestablecida, y que deben seguir una agenda, y que se acabó, y debes retirarte de la sala.
Así que, adiós lágrimas; mágicamente las que estaban brotando de mis ojos, se devolvieron y desaparecieron. Me retiré con un gusto agrio en la boca por el momento interrumpido, y me largué. No, a llorar no.
Hoy fue algo parecido, pero más generalizado; todos los cuartos medios se reunieron para despedir a todos los profesores, sólo que hoy ni siquiera me dio ese cosquilleo logrado el día anterior. igual fue bonito, había torta, champaña, bebidas Bilz & Pap, y los amigos de harto tiempo. Algunos ya estaban medios 'lagrimientos', otros aprovechaban para despedirse de algún profesor, a 'r' no le gustó la torta, habían varios tomando fotografías de grupo, entre muchas otras cosas.
Asímismo supongo el día próximo de tener que ir a la escuela, será algo parecido, o quizá aún más sentimental, quizá ahi llore, o quizá no. Globos, gritos, cantos tanto de curso, como de plan, como de generación, como de año. Se termina una fase, para entrar en una más grande, que nos enseña de lo que realmente trata todo este viaje raro. Creo que igual, por una parte, debe de ser así, para que quienes más adoran esta etapa, se queden con un bonito recuerdo de lo que fue.
*Estamos divididos por planes, además de cursos; si bien correspondemos a un curso (4° medio "inserte letra", por ejemplo), también pertenecemos a un plan, que es como un segundo curso, ya que pasamos la mitad de la horas de clases ahí, con distintos compañeros, a los cuales nos terminamos acostumbrando.
Ni sé por qué hago eso del asterisco, creo que dejaré de hacerlo.
Jamás volverás a ver cinco días a la semana a ese amigo querido, a quien conoces desde los diez años, ni molestarás al otro, ni charlarás con ése de ahí, y olvídate del nerd, todo se acaba. Y para enfatizar esta faceta del adiós, en mi plan* decidieron hacer una actividad última que involucraba a todos; un acto, tipo farandulero, vídeos con fotos de algunos del plan, acompañadas de una canción que se refiriera al adiós, completos, una canción cantada por una amiga, que canta bastante bien, y palabras de varios referentes a qué vivieron durante esos dos años que ya pasaron, y tal como dicen, pasaron volando. Y sí, varios comenzaron a llorar, incluyendo a los dos profesores principales del plan, pese a que uno sólo estuvo el año pasado con nosotros.
Fue emotivo, lo admito, e incluso, pese a que no soy muy bueno para llorar, casi lo hago, y digo casi porque alguien lo arruinó, alguien que quedará como la inspectora de nuestro piso; estábamos ahí, en una sala, llegando probablemente al final de la actividad, el hecho de que un compañero comenzara a llorar mientras decía unas palabras igual me contagió la tristeza, y ya sentía ese cosquilleo extraño que uno siente cuando sabe que no falta mucho para que algo salga de tus ojos, y recorra tus mejillas como gotas, que no sabes si borrarlas de inmediato, o dejar que sigan su camino hasta la base de tu cara.
Mas justo entonces, entró el personaje, que si bien no odio y en parte comprendo por qué lo hizo, y con un acento enojado nos dijo que necesitaban la sala, que otro curso la requería, que la actividad tenía un horario y listo, después de la hora término todos debían irse. Sí, formalidad, era obvio que a ella, como encargada del piso, le iba a llegar el reto porque extendimos el tiempo (y de hecho, le llegó), pero igual... Considero inadecuado y hasta fuera de lugar poner tiempo límite a algo así; estás emocionado, quieres que el momento dure, que no se olvide fácilmente, pero justo te dicen a la oreja que esa gran actividad, en la que hay muchos entrando al llanto, tiene que seguir una pauta preestablecida, y que deben seguir una agenda, y que se acabó, y debes retirarte de la sala.
Así que, adiós lágrimas; mágicamente las que estaban brotando de mis ojos, se devolvieron y desaparecieron. Me retiré con un gusto agrio en la boca por el momento interrumpido, y me largué. No, a llorar no.
Hoy fue algo parecido, pero más generalizado; todos los cuartos medios se reunieron para despedir a todos los profesores, sólo que hoy ni siquiera me dio ese cosquilleo logrado el día anterior. igual fue bonito, había torta, champaña, bebidas Bilz & Pap, y los amigos de harto tiempo. Algunos ya estaban medios 'lagrimientos', otros aprovechaban para despedirse de algún profesor, a 'r' no le gustó la torta, habían varios tomando fotografías de grupo, entre muchas otras cosas.
Asímismo supongo el día próximo de tener que ir a la escuela, será algo parecido, o quizá aún más sentimental, quizá ahi llore, o quizá no. Globos, gritos, cantos tanto de curso, como de plan, como de generación, como de año. Se termina una fase, para entrar en una más grande, que nos enseña de lo que realmente trata todo este viaje raro. Creo que igual, por una parte, debe de ser así, para que quienes más adoran esta etapa, se queden con un bonito recuerdo de lo que fue.
*Estamos divididos por planes, además de cursos; si bien correspondemos a un curso (4° medio "inserte letra", por ejemplo), también pertenecemos a un plan, que es como un segundo curso, ya que pasamos la mitad de la horas de clases ahí, con distintos compañeros, a los cuales nos terminamos acostumbrando.
Ni sé por qué hago eso del asterisco, creo que dejaré de hacerlo.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Filosofía destructora de entradas profundas
No, no me refiero a lo mismo de antes; el problema existencial, a la hora de publicar entradas, sino que simplemente será eso, tal y como lo escribí.
Verán, hace unas semanas, en la asignatura de filosofía nos pidieron como último trabajo en el año, hacer un ensayo filosófico sobre el sentido de la vida, las cosas, el mundo, y yo claro, pensé en hacer mi mayor esfuerzo en hacer el mejor ensayo del universo.
Pues... dieron un par de semanas para hacerlo, había que entregarlo en letra verdana tamaño 10, entre otras formalidades que se exigían en la presentación del ensayo, eso era lo de menos, así que simplemente me dispuse a escribirlo. Sólo que entonces me atacó el siempre acechador ¿y por qué no lo hago mañana? Pues así fue, me dejé llevar por aquella voz interna que nos susurra al oído malos consejos en situaciones serias, y otras no tanto. Y así comenzaron a pasar los días, uno a uno, yo divertido haciendo cualquier cosa, tanto en la escuela, como fuera de ella, hasta que llegó el fatídico día anterior a la fecha de entrega.
Además, ese mismo día unos amigos habían venido, para pasar un buen rato, conversar sobre cómo van nuestras vidas, entre otras cosas, así que todo el día ni dirigí un ojo a la pauta del trabajo. Eran las ocho, y yo llevaba nada del ensayo, la profesora pedía tres planas, no me llegaban ideas, el trabajo se entregaba al otro día, era la última nota, mi promedio no era el mejor, no me podía concentrar, y un sin fin de contratiempos adicionales, que dificultaban mi tortuoso paso por la fase de aceptación de responsabilidad.
Hasta que de un momento a otro, las ideas fueron llegando, además me puse a escuchar Stairway to Heaven, y al ver los resultados, que las palabras fluían por mis dedos, eran digitalizados y quedaban inmortalizados en mi pantalla, le puse para que la canción se repitiera (sí, pudo haberme aburrido de tantas veces, pero a pesar de todo me arriesgué; de todos modos no pasó así), y así comenzó todo, conmigo más calmado y relajado. Sólo escribía, a la mierda si alguien me llamaba para algo, ya hasta se me había acabado el hambre producto de una última comida apresurada e improvisada (sopa instantánea). Escribía y escribía.
Y así, nació el mejor ensayo del mundo.
Orgulloso, lo presenté al otro día, mostrándole a mis amigos mi excelente ensayo, de calidad sublime, y su naturaleza tan profunda, trascendiendo a través de la sociedad actual, hasta un punto más allá, en lo divino. Simplemente era perfecto, hasta iba a publicarlo en este blog, para que vieran mi lado filosófico.
Pasó el tiempo y yo sólo estaba ansioso de recibir halagos por mi ensayo. hasta que llegó el día.
Pero qué va. Al final, lo que hice yo no era específicamente lo que la profesora pedía; más tarde comprendí que lo que se buscaba era un ensayo sobre el sentido de la vida, pero más que nada sobre mi sentido, y yo lo que hice fue dar uno perfecto, mas sobre el sentido en sí, el concepto de éste, lo imposible de encontrarlo en un ámbito general, lo divino de lo divino, mencionando una llamada subjetividad humanamente objetiva, entre otras cosas.
En fin, un mar de palabras, mas no lo que ella pedía. Era perfecto pero le faltó lo que eso pedía.
¿Resultado? No obtuve la calificación más alta, ni mi ensayo fue condecorado, ni nada.
Odio cuando eso pasa, aunque últimamente no sea muy a menudo. Lo odio. Planeaba remasterizar mi escrito, pero ya no me interesa, ya no. Se me quitaron las ganas, así como olvidé eso de publicarlo. El ensayo lo boté, y no sé si aún esté por ahí el archivo Word.
Verán, hace unas semanas, en la asignatura de filosofía nos pidieron como último trabajo en el año, hacer un ensayo filosófico sobre el sentido de la vida, las cosas, el mundo, y yo claro, pensé en hacer mi mayor esfuerzo en hacer el mejor ensayo del universo.
Pues... dieron un par de semanas para hacerlo, había que entregarlo en letra verdana tamaño 10, entre otras formalidades que se exigían en la presentación del ensayo, eso era lo de menos, así que simplemente me dispuse a escribirlo. Sólo que entonces me atacó el siempre acechador ¿y por qué no lo hago mañana? Pues así fue, me dejé llevar por aquella voz interna que nos susurra al oído malos consejos en situaciones serias, y otras no tanto. Y así comenzaron a pasar los días, uno a uno, yo divertido haciendo cualquier cosa, tanto en la escuela, como fuera de ella, hasta que llegó el fatídico día anterior a la fecha de entrega.
Además, ese mismo día unos amigos habían venido, para pasar un buen rato, conversar sobre cómo van nuestras vidas, entre otras cosas, así que todo el día ni dirigí un ojo a la pauta del trabajo. Eran las ocho, y yo llevaba nada del ensayo, la profesora pedía tres planas, no me llegaban ideas, el trabajo se entregaba al otro día, era la última nota, mi promedio no era el mejor, no me podía concentrar, y un sin fin de contratiempos adicionales, que dificultaban mi tortuoso paso por la fase de aceptación de responsabilidad.
Hasta que de un momento a otro, las ideas fueron llegando, además me puse a escuchar Stairway to Heaven, y al ver los resultados, que las palabras fluían por mis dedos, eran digitalizados y quedaban inmortalizados en mi pantalla, le puse para que la canción se repitiera (sí, pudo haberme aburrido de tantas veces, pero a pesar de todo me arriesgué; de todos modos no pasó así), y así comenzó todo, conmigo más calmado y relajado. Sólo escribía, a la mierda si alguien me llamaba para algo, ya hasta se me había acabado el hambre producto de una última comida apresurada e improvisada (sopa instantánea). Escribía y escribía.
Y así, nació el mejor ensayo del mundo.
Orgulloso, lo presenté al otro día, mostrándole a mis amigos mi excelente ensayo, de calidad sublime, y su naturaleza tan profunda, trascendiendo a través de la sociedad actual, hasta un punto más allá, en lo divino. Simplemente era perfecto, hasta iba a publicarlo en este blog, para que vieran mi lado filosófico.
Pasó el tiempo y yo sólo estaba ansioso de recibir halagos por mi ensayo. hasta que llegó el día.
Pero qué va. Al final, lo que hice yo no era específicamente lo que la profesora pedía; más tarde comprendí que lo que se buscaba era un ensayo sobre el sentido de la vida, pero más que nada sobre mi sentido, y yo lo que hice fue dar uno perfecto, mas sobre el sentido en sí, el concepto de éste, lo imposible de encontrarlo en un ámbito general, lo divino de lo divino, mencionando una llamada subjetividad humanamente objetiva, entre otras cosas.
En fin, un mar de palabras, mas no lo que ella pedía. Era perfecto pero le faltó lo que eso pedía.
¿Resultado? No obtuve la calificación más alta, ni mi ensayo fue condecorado, ni nada.
Odio cuando eso pasa, aunque últimamente no sea muy a menudo. Lo odio. Planeaba remasterizar mi escrito, pero ya no me interesa, ya no. Se me quitaron las ganas, así como olvidé eso de publicarlo. El ensayo lo boté, y no sé si aún esté por ahí el archivo Word.
lunes, 9 de noviembre de 2009
Transporte público
Cuando salgo apurado de la casa, para alguna junta para realizar un trabajo de historia, o para hacer un vídeo paródico de inglés de algún programa de cocina, al cual cierto amigo blogger no podrá ir, confío plenamente en el sistema de transporte público chileno.
Pero qué va. Cuando quiero una micro por falta de monedas, pasan puros colectivos, y cuando estoy apurado y quiero irme en uno de estos últimos, aparecen solamente ofensivas micros y uno que otro colectivo... de recorrido local*.
Los que tienen auto, no saben la envidia que me provocan... No lo saben... Grrr (?)
* Yo vivo en una ciudad que está sobre un cerro, y la la mayoría de las juntas son en Iquique, otra ciudad, que se encuentra bajando por el cerro... así que debo abordar un colectivo que específicamente diga "Iquique", o sea que baje y me lleve a mi destino ansiado, en vez de uno "Local", que sólo se limita a recorrer mi ciudad.
Pero qué va. Cuando quiero una micro por falta de monedas, pasan puros colectivos, y cuando estoy apurado y quiero irme en uno de estos últimos, aparecen solamente ofensivas micros y uno que otro colectivo... de recorrido local*.
Los que tienen auto, no saben la envidia que me provocan... No lo saben... Grrr (?)
* Yo vivo en una ciudad que está sobre un cerro, y la la mayoría de las juntas son en Iquique, otra ciudad, que se encuentra bajando por el cerro... así que debo abordar un colectivo que específicamente diga "Iquique", o sea que baje y me lleve a mi destino ansiado, en vez de uno "Local", que sólo se limita a recorrer mi ciudad.
Categorías:
Amsa,
La escribí en menos de cinco minutos,
Vida diaria
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Personajes micreros
Estaba sentado en la micro, mientras ésta estaba detenida en la subida, de vuelta a casa tras haber visto Michael Jackson's This is it, con el chofer esperando a conseguir un par de pasajeros más antes de partir, en el tercer asiento de la izquierda, viendo hacia afuera, la ESSO, autos, entre otras. Cuando subió el típico personaje que es más conocido que muchos por su humilde trabajo; vender cd's pirateados, películas descargadas de taringa.net, ¡y mucho más! "¡Américo, La Noshe, compre ya compre ya el especial de Maiquel Yacson, su muerte y todo, se me vendieron todos ya, sólo me quedan dos así que compre, aproveche!". Cuando una señora decidió comprarle uno de la noche.
"Oiga ¿Tiene de La Noche?"
"Sí, por supuesto, aquí mismo, mire, los mayores éxitos de La Noche, Greates Jits, me quedan pocos" -Revisa en su torre de cd's y dvd's y encuentra el indicado
"Ahhh pero oiga éste no es La Noche... este es otro" -Dice con una cara con un poco de decepción al ver la cara del tipo de la portada
"¿Aonde? Si mira ahi dice clarito La Noche, son las meas letras, andai mea ciega"
"No... es otro, si ése no es la noche" -Reitera, aún tras leer que, efectivamente, decía "La Noche"
Entonces justo una niña mini-flaite le pide algo de Yingo al tipo (recordemos que es famoso, todos le conocen, aunque no estoy seguro de si saben su nombre), ahí él, entusiasmado, revuelve sus cd's, y justo sobresale uno de Américo. Él consigue evitarla hasta que vende el popular disco juvenil.
"¡Ése es el que quiero!" -Dice entonces la señora de antes, indicando el disco
"Chuta que andái ciega vieja, ese es Américo po"
"Ahhh...bueno, ya lo compro"
"Hasta que se decidió... Yo cacho que con esa vista tu mari'o te pasa engañando"
"Jajaja... demás" -Ríe y lo acompaña - "Oiga y tiene a 'Danky'?"
"¿Danky? ¿Danky? ¿Quién es ése?" -Yo sólo me imaginaba ese helado caro
"Daddy Yankee será" -Le corrije otro pasajero, sentado un asiento detrás de mi
"Ahhh no, no tengo 'Danky'... ese ya está reviejo, pasó de moda, aquí se vende lo más actual nomás"
"¿Y tiene un cd de los maravillosos?
"Pedí puras cosas que no tengo, vieja"
"Oh, para de decirme vieja, weón"
"No me diga weón, vieja, no falte el respeto"
"Ahhh cállate, ¿pero no tiene nada de ellos?"
"A ver deje ver.... ah, aquí tengo un devede de los maravilloso', sus canciones de oro, pero este vale luca... quina los cidis, luca los devede"
"Muy caro... hácete una rebaja"
"Que creí que soy millonario, estoy peor que el 'payaso rolly', ese al menos sólo tiene que pegar un sopapo a la ventana para que le den monedas"
"Ahhh soy cagao"
"Ahhh vieja mano 'e guagua"
"No me digai vieja, weón"
Y así se prolongo un tanto la conversación, mientras el tipo que había corregido al artista "Danky" se mataba de la risa, la miniflaite le comentaba a su mamá, ansiosa, sobre su nueva adquisición musical, y yo seguía escuchando la discusión con ese característico acento, hasta que finalmente la micro debió partir, y el vendedor, se retiró, tras haber vendido sólo un disco de Yingo, y uno de Américo, alias "La Noche", desde entonces.
"Oiga ¿Tiene de La Noche?"
"Sí, por supuesto, aquí mismo, mire, los mayores éxitos de La Noche, Greates Jits, me quedan pocos" -Revisa en su torre de cd's y dvd's y encuentra el indicado
"Ahhh pero oiga éste no es La Noche... este es otro" -Dice con una cara con un poco de decepción al ver la cara del tipo de la portada
"¿Aonde? Si mira ahi dice clarito La Noche, son las meas letras, andai mea ciega"
"No... es otro, si ése no es la noche" -Reitera, aún tras leer que, efectivamente, decía "La Noche"
Entonces justo una niña mini-flaite le pide algo de Yingo al tipo (recordemos que es famoso, todos le conocen, aunque no estoy seguro de si saben su nombre), ahí él, entusiasmado, revuelve sus cd's, y justo sobresale uno de Américo. Él consigue evitarla hasta que vende el popular disco juvenil.
"¡Ése es el que quiero!" -Dice entonces la señora de antes, indicando el disco
"Chuta que andái ciega vieja, ese es Américo po"
"Ahhh...bueno, ya lo compro"
"Hasta que se decidió... Yo cacho que con esa vista tu mari'o te pasa engañando"
"Jajaja... demás" -Ríe y lo acompaña - "Oiga y tiene a 'Danky'?"
"¿Danky? ¿Danky? ¿Quién es ése?" -Yo sólo me imaginaba ese helado caro
"Daddy Yankee será" -Le corrije otro pasajero, sentado un asiento detrás de mi
"Ahhh no, no tengo 'Danky'... ese ya está reviejo, pasó de moda, aquí se vende lo más actual nomás"
"¿Y tiene un cd de los maravillosos?
"Pedí puras cosas que no tengo, vieja"
"Oh, para de decirme vieja, weón"
"No me diga weón, vieja, no falte el respeto"
"Ahhh cállate, ¿pero no tiene nada de ellos?"
"A ver deje ver.... ah, aquí tengo un devede de los maravilloso', sus canciones de oro, pero este vale luca... quina los cidis, luca los devede"
"Muy caro... hácete una rebaja"
"Que creí que soy millonario, estoy peor que el 'payaso rolly', ese al menos sólo tiene que pegar un sopapo a la ventana para que le den monedas"
"Ahhh soy cagao"
"Ahhh vieja mano 'e guagua"
"No me digai vieja, weón"
Y así se prolongo un tanto la conversación, mientras el tipo que había corregido al artista "Danky" se mataba de la risa, la miniflaite le comentaba a su mamá, ansiosa, sobre su nueva adquisición musical, y yo seguía escuchando la discusión con ese característico acento, hasta que finalmente la micro debió partir, y el vendedor, se retiró, tras haber vendido sólo un disco de Yingo, y uno de Américo, alias "La Noche", desde entonces.
martes, 27 de octubre de 2009
6 metros por segundo... 6 kilometros por mes
No sé por qué, ahi afuera, hay bloggers que actualizan cada... como 2 días, o incluso 1. Recuerdo uno que actualizaba cada 1 ó 2 días, y jamás habían las típicas entradas de relleno (véase ésta, por ejemplo), mientras que hay otros que sólo duran una entrada de vida (Life of Amsa, mi anterior blog, es un claro exponente de esta tendencia).
Éste es, diría, mi blog más duradero (el segundo que he tenido en toda mi existencia...), y admito que hay veces que no sé qué escribir, o me da flojera, o escribo algo, llevo dos párrafos, y me pregunto a quién le gustaría algo tan feo como eso. Y así, hay veces en las que no escribo por mucho tiempo, creo que para la penúltima entrada tardé como dos semanas. Esto concluye finalmente en un blog con 6 entradas por mes...
Quizá se deba a que no estoy acostumbrado a escribir así; en un blog, con un realmente dudoso público, o no sé. Últimamente me encuentro bastante más relajado, pese a que hay ciertos días en que nos bombardean con exámenes y cosas por el estilo; no reacciono, y descanso en un sueño eterno llamado realidad, y lo peor es que las pruebas institucionales que parecían ser mis futuras dosis de cafeína cargada, aparentemente no llegarán jamás; un montón de controles acumulativos serán sólo cucharaditas de coca cola. Así que creo que esto afectará mi desempeño general. O sino, no sé por qué tardé en actualizar. Simplemente no sé.
Déjenlo en flojera.
Ya, listo, al final esto acabó como intento fallido de ensayo sobre el cuestionamiento existencial a la hora de publicar entradas... o no sé, se entiende la idea.
O no, ni siquera eso.
Éste es, diría, mi blog más duradero (el segundo que he tenido en toda mi existencia...), y admito que hay veces que no sé qué escribir, o me da flojera, o escribo algo, llevo dos párrafos, y me pregunto a quién le gustaría algo tan feo como eso. Y así, hay veces en las que no escribo por mucho tiempo, creo que para la penúltima entrada tardé como dos semanas. Esto concluye finalmente en un blog con 6 entradas por mes...
Quizá se deba a que no estoy acostumbrado a escribir así; en un blog, con un realmente dudoso público, o no sé. Últimamente me encuentro bastante más relajado, pese a que hay ciertos días en que nos bombardean con exámenes y cosas por el estilo; no reacciono, y descanso en un sueño eterno llamado realidad, y lo peor es que las pruebas institucionales que parecían ser mis futuras dosis de cafeína cargada, aparentemente no llegarán jamás; un montón de controles acumulativos serán sólo cucharaditas de coca cola. Así que creo que esto afectará mi desempeño general. O sino, no sé por qué tardé en actualizar. Simplemente no sé.
Déjenlo en flojera.
Ya, listo, al final esto acabó como intento fallido de ensayo sobre el cuestionamiento existencial a la hora de publicar entradas... o no sé, se entiende la idea.
O no, ni siquera eso.
domingo, 25 de octubre de 2009
Mi curso goes Bariloche
Bueno.... como ya he repetido varias veces en anteriores entradas, se acaba el año, y no sólo eso, se acaba el último año, osea, no más matriculas, ni "córtese el pelo", ni precios inflados en el kiosco que hacen ver a las crisis históricas como débiles cambios económicos (jamás he comprado las chaparritas que venden ahi; siempre he preferido esperar a la salida, para comprar en la esquina, donde cuesta menos de la mitad de precio, y a mi juicio son mucho más deliciosas).
Además estoy a, literalmente, un par de meses de ser mayor de edad. Así que toda la fase anterior se acaba.
Y para complementar este momento mítico, tenemos nuestro último momento de desenfreno, o mejor dicho, nuestras últimas dos semanas de éste. Una gira por la mayoría de mi país, para luego ir a un país vecino que en el cual dicen mucho "che" y casi todos son o rubios, o narigones. En el cual, reíremos, sonreíremos, la pasaremos bien, estaremos felices, montaremos a caballo, jugaremos paint ball, haremos drafting, visitaremos el sur, iremos en transbordador, beberemos, destruiremos propiedad pública, descubriremos la magia de la hierba alucinógena, robaremos algunas cámaras digitales con Smile Shooter, asaltaremos a alguien, entre otras cosas.
Claro, la idea original era ir a Brasil, ya que era como la gira de estudios canónica y que todos esperaban con ansias desde primero medio (año 2006). Pero qué bah, llegó cuarto medio, y al menos en nuestro curso no teníamos ni la mitad de la mitad de lo que se requería para una gira hasta esos confines de Sudamérica (creo que ningún curso llegó a la meta, e incluso algunos cursos no tienen gira...). Fue entonces que tuvimos bastantes peleas para discutir y posteriormente elegir democráticamente adónde ir. Las opciones eran... un lugar de Perú del que no recuerdo el nombre, y la gira por Chile, que llevaba el nombre del destino final: Bariloche. Al principio estaban repartidos los votos, pero todo se valió de convencer a los demás (llámese 'Poder de convención'), y así acabamos eligiendo la segunda opción, que salía más cara ($335.000 si mal no recuerdo), pero duraba más, y por ende, prometía más. La otra valía como la mitad.
Eso sí, me informé hoy que el bus partirá a las 1 de la mañana. Qué bacán.
En fin, adjudíquese la mala redacción y posibles errores de continuidad, al hecho de que esta entrada la hice de a ratos, siendo interrumpido por variadas cosas.
Ya, le pondré etiqueta"Viajes" aunque conociéndome, puede que jamás vuelva a escribir una entrada con ésta, o quizá... En el hipotético caso de seguir mis estudios en Valparaíso... Sí, puede haber una oportunidad de otra entrada viajera.
Ah, y tras terminar la entrada quería poner que otro curso se iba a Rapanui, a bailar con faldas biodegradables, a nadar con las tortugas, sacarse fotos con caras alargadas gigantes de piedra, sacarle un pedazo de oreja a una de éstas. Y conocer el lugar chileno menos chileno posible. La raja, otra cultura, algún día me mandaré el pique hasta allá, pero no se me ocurrió dónde meter este párrafo en medio de lo que ya tenía escrito.
"Shhh... Hasta que se acordó de actualizar"
Además estoy a, literalmente, un par de meses de ser mayor de edad. Así que toda la fase anterior se acaba.
Y para complementar este momento mítico, tenemos nuestro último momento de desenfreno, o mejor dicho, nuestras últimas dos semanas de éste. Una gira por la mayoría de mi país, para luego ir a un país vecino que en el cual dicen mucho "che" y casi todos son o rubios, o narigones. En el cual, reíremos, sonreíremos, la pasaremos bien, estaremos felices, montaremos a caballo, jugaremos paint ball, haremos drafting, visitaremos el sur, iremos en transbordador, beberemos, destruiremos propiedad pública, descubriremos la magia de la hierba alucinógena, robaremos algunas cámaras digitales con Smile Shooter, asaltaremos a alguien, entre otras cosas.
Claro, la idea original era ir a Brasil, ya que era como la gira de estudios canónica y que todos esperaban con ansias desde primero medio (año 2006). Pero qué bah, llegó cuarto medio, y al menos en nuestro curso no teníamos ni la mitad de la mitad de lo que se requería para una gira hasta esos confines de Sudamérica (creo que ningún curso llegó a la meta, e incluso algunos cursos no tienen gira...). Fue entonces que tuvimos bastantes peleas para discutir y posteriormente elegir democráticamente adónde ir. Las opciones eran... un lugar de Perú del que no recuerdo el nombre, y la gira por Chile, que llevaba el nombre del destino final: Bariloche. Al principio estaban repartidos los votos, pero todo se valió de convencer a los demás (llámese 'Poder de convención'), y así acabamos eligiendo la segunda opción, que salía más cara ($335.000 si mal no recuerdo), pero duraba más, y por ende, prometía más. La otra valía como la mitad.
Eso sí, me informé hoy que el bus partirá a las 1 de la mañana. Qué bacán.
En fin, adjudíquese la mala redacción y posibles errores de continuidad, al hecho de que esta entrada la hice de a ratos, siendo interrumpido por variadas cosas.
Ya, le pondré etiqueta"Viajes" aunque conociéndome, puede que jamás vuelva a escribir una entrada con ésta, o quizá... En el hipotético caso de seguir mis estudios en Valparaíso... Sí, puede haber una oportunidad de otra entrada viajera.
Ah, y tras terminar la entrada quería poner que otro curso se iba a Rapanui, a bailar con faldas biodegradables, a nadar con las tortugas, sacarse fotos con caras alargadas gigantes de piedra, sacarle un pedazo de oreja a una de éstas. Y conocer el lugar chileno menos chileno posible. La raja, otra cultura, algún día me mandaré el pique hasta allá, pero no se me ocurrió dónde meter este párrafo en medio de lo que ya tenía escrito.
"Shhh... Hasta que se acordó de actualizar"
sábado, 17 de octubre de 2009
El final de la línea... Despierta
Ya ni recuerdo cuántos días decía el lienzo de la escuela que faltaban para que se acabase mi último año escolar. Pero ciertamente noto que estas últimas semanas las he sentido como el final (probablemente debido a que hacemos nada, los pasados días han habido actos, no han habido clases, paseos, etc, por no decir que mi última semana escolar hasta la fecha fue de oficialmente un día de clases, en el que incluso salimos antes... qué largo paréntesis), aún cuando no es así; estamos recién a mediados de Octubre, y las clases acaban a mediados de Noviembre... Sin embargo yo siento estos conjuntos de 24 horas, ciclos lunares, como los finales, los últimos. No sé, se siente raro, pero sé que las pruebas institucionales me despertarán de este sueño con tono promonitorio en el que vivo en estos instantes.
De ahi, ¡A vivir la vida!
De ahi, ¡A vivir la vida!
jueves, 15 de octubre de 2009
Amsa, el anoréxico. Putos traumas
El peso, no sé por qué, quizá superficialidad o problemas de autoestima, me influyó en la infancia. Y quizá a través de ésto comprendí algunos traumas que tienen personas respecto a su apariencia (como en su momento Michael Jackson y el asunto de su nariz), la infancia es ciertamente un período de debilidad, en medio de la felicidad.
Actualmente no sé si me atrevería a decir que tengo un peso 'normal'. De todos no siempre fui así; si mi memoria no me falla, fue durante la educación básica, hasta aprox. empezando la media; sufría de sobrepeso, y me sentía mal por eso, al menos eso lo recuerdo. Quizá sea una posible respuesta a mi radical cambio de personalidad, del que quizá en otra ocasión hable. No recuerdo bien si me molestaban al respecto, aunque creo que así era, pero yo en sí me sentía mal conmigo mismo, con mi cuerpo, lo repudiaba. Cuando iba a la playa conservaba la polera, aún si me metía al agua, después se secaría, al menos no me verían la panza que tengo. Envidiaba a la gente delgada, quería ser así, mas me era imposible, comía menos, pero no pasaba nada; seguía igual. Realizaba actividad física, y parecía que reemplazaba la grasa por musculos; de todas formas el número que indicaba la pesa no cambiaba.
Entonces comencé a adelgazar, pese a que yo jamás lo vi de ese modo, y a decir verdad, siempre me he considerado alguien de contextura o macisa, o gorda; jamás delgado, jamás. Y si creía que enflaquecía, era porque la gente lo mencionaba, pero aún así no me convencía; sólo me lo decía, pero no me lo creía, y continué con poca alimentación, llegando al punto en que se quejaban de lo poco que comía. A mi no me importaba, para mí eran indirectas sarcásticas, y continuaba y continuaba.
Hasta hoy, cuando en realidad no sé qué soy. Aunque admito que el tope fue que me hubieran icho 'huesudo'. ¿En realidad así estoy? No lo creo, pasó a ser un apodo mío por un tiempo, pero jamás lo creí, pero ¿Llegar a ese extremo? (para mí lo es, porque supera a mi meta, y se va hacia lo insano). Para mí seguía siendo el niño gordo de 9 años, el mismo. Pero ya una sola voz con eco propio me decía desde todos lados que no era así. Han pasado ya 8 años, casi 9, y quizá sí he cambiado, pero para mí todo es dudoso, malditos traumas.
De todos modos, cedí ante esta voz externa gritona (quizá también me influyó ver un programa de una niña anoréxica de 8 años y su recuperación, navegando en la TV), y estas últimas semanas tengo una mayor alimentación que los últimos años, aunque sé que no me hará recuperar todo lo que he perdido. De todos modos, al menos he aprendido a tener esperanza. Ya que sin ella, no sé cómo estaría hoy.
Putos traumas.
Actualmente no sé si me atrevería a decir que tengo un peso 'normal'. De todos no siempre fui así; si mi memoria no me falla, fue durante la educación básica, hasta aprox. empezando la media; sufría de sobrepeso, y me sentía mal por eso, al menos eso lo recuerdo. Quizá sea una posible respuesta a mi radical cambio de personalidad, del que quizá en otra ocasión hable. No recuerdo bien si me molestaban al respecto, aunque creo que así era, pero yo en sí me sentía mal conmigo mismo, con mi cuerpo, lo repudiaba. Cuando iba a la playa conservaba la polera, aún si me metía al agua, después se secaría, al menos no me verían la panza que tengo. Envidiaba a la gente delgada, quería ser así, mas me era imposible, comía menos, pero no pasaba nada; seguía igual. Realizaba actividad física, y parecía que reemplazaba la grasa por musculos; de todas formas el número que indicaba la pesa no cambiaba.
Entonces comencé a adelgazar, pese a que yo jamás lo vi de ese modo, y a decir verdad, siempre me he considerado alguien de contextura o macisa, o gorda; jamás delgado, jamás. Y si creía que enflaquecía, era porque la gente lo mencionaba, pero aún así no me convencía; sólo me lo decía, pero no me lo creía, y continué con poca alimentación, llegando al punto en que se quejaban de lo poco que comía. A mi no me importaba, para mí eran indirectas sarcásticas, y continuaba y continuaba.
Hasta hoy, cuando en realidad no sé qué soy. Aunque admito que el tope fue que me hubieran icho 'huesudo'. ¿En realidad así estoy? No lo creo, pasó a ser un apodo mío por un tiempo, pero jamás lo creí, pero ¿Llegar a ese extremo? (para mí lo es, porque supera a mi meta, y se va hacia lo insano). Para mí seguía siendo el niño gordo de 9 años, el mismo. Pero ya una sola voz con eco propio me decía desde todos lados que no era así. Han pasado ya 8 años, casi 9, y quizá sí he cambiado, pero para mí todo es dudoso, malditos traumas.
De todos modos, cedí ante esta voz externa gritona (quizá también me influyó ver un programa de una niña anoréxica de 8 años y su recuperación, navegando en la TV), y estas últimas semanas tengo una mayor alimentación que los últimos años, aunque sé que no me hará recuperar todo lo que he perdido. De todos modos, al menos he aprendido a tener esperanza. Ya que sin ella, no sé cómo estaría hoy.
Putos traumas.
martes, 13 de octubre de 2009
Ni camuflajes, ni pinturas faciales
Bueno, como muchos sabrán, todos los de la generación 91 tenían su deber patriótico de servir a la patria de una emblemática forma; haciendo lagartijas durante un año. El punto era que este servicio era voluntario, aunque la magia llegaba cuando especificaban lo que significaba ese 'voluntario'; uno iba al cantón de reclutamiento, y decía que no quería hacerlo (quedabas como no voluntario), a continuación te hacían preguntas de por qué no lo vas a hacer, motivos, razón, circunstancia, etc... y tras todo ese proceso de preguntas y respuestas, quedabas como "no voluntario para el servicio".
Pero ojo, no terminaba ahi la cosa; a continuación tu nombre pasaba, junto a los de los otros no voluntarios, a un sorteo, y ahi al azar se elgía quién no iba, y quien debía ir (la milicia requiere un número base de entrenados, para no ir a la guerra con soldados obesos que no supiesen cargar un rifle).
¿Lo mágico? No salí sorteado, osea que NO hago el servicio militar el año 2010. ¿Lo místico? la mayoría de mis amigos y compañeros sí salieron sorteados, así que de alguna forma deberá sacárselo, o terminar haciéndolo en verano, en una de las tantas "promociones y ofertas" que te daban a elegir, siempre y cuando tuvieras una que otra razón rara para no ir. Tener problemas cardíacos, alguna deficiencia mental, Escoleosis, y creo que miopía y eso. Otras formas son por estudios (aunque para esta hay que dar constancia de que estás estudiando en una universidad (sí, probablemente con eso me lo saque el año que viene)), entre otras que no recuerdo.
Más de un amigo se lo sacará, estoy seguro, y quizá alguno termine en entrenamientos de supervivencia al estilo A prueba de todo, no lo sé aún, a futuro veré cómo resulta todo, para todos.
Y por supuesto, al saber de mi no-elección en el sorteo, mis estimados amigos, compañeros de años, comenzaron a inquietarme con los contras de no haber sido sorteado, "El año que viene saldrás", "Ahi no te lo sacas" y etc. Pero según información adicional, estando estudiando en la universidad, sacárselo definitivamente es casi regalado (estar en cuarto medio es OTRA historia). Qué amigos.
Ahí están, comentando mi estado en facebook.
En fin.
"Usted NO ha sido sorteado para el Servicio Militar 2010."
Pero ojo, no terminaba ahi la cosa; a continuación tu nombre pasaba, junto a los de los otros no voluntarios, a un sorteo, y ahi al azar se elgía quién no iba, y quien debía ir (la milicia requiere un número base de entrenados, para no ir a la guerra con soldados obesos que no supiesen cargar un rifle).
¿Lo mágico? No salí sorteado, osea que NO hago el servicio militar el año 2010. ¿Lo místico? la mayoría de mis amigos y compañeros sí salieron sorteados, así que de alguna forma deberá sacárselo, o terminar haciéndolo en verano, en una de las tantas "promociones y ofertas" que te daban a elegir, siempre y cuando tuvieras una que otra razón rara para no ir. Tener problemas cardíacos, alguna deficiencia mental, Escoleosis, y creo que miopía y eso. Otras formas son por estudios (aunque para esta hay que dar constancia de que estás estudiando en una universidad (sí, probablemente con eso me lo saque el año que viene)), entre otras que no recuerdo.
Más de un amigo se lo sacará, estoy seguro, y quizá alguno termine en entrenamientos de supervivencia al estilo A prueba de todo, no lo sé aún, a futuro veré cómo resulta todo, para todos.
Y por supuesto, al saber de mi no-elección en el sorteo, mis estimados amigos, compañeros de años, comenzaron a inquietarme con los contras de no haber sido sorteado, "El año que viene saldrás", "Ahi no te lo sacas" y etc. Pero según información adicional, estando estudiando en la universidad, sacárselo definitivamente es casi regalado (estar en cuarto medio es OTRA historia). Qué amigos.
Ahí están, comentando mi estado en facebook.
En fin.
"Usted NO ha sido sorteado para el Servicio Militar 2010."
martes, 6 de octubre de 2009
Desembarco de pensamientos
De a poco se va acercando el día, hasta pusieron un lienzo que cuenta los días que me... que nos quedan.
Tengo 17 años, eso significa que dentro de poco seré lo que muchos quieren ser, o lo que muchos temen ser. Sí, un adulto. Estudiaré en una universidad, y caeré en la vida familiar-laboral, así conoceré amigos, conduciré, quizá caiga en el cigarro o el alcohol, y miraré esta época con melancolía; todo un cargamento de emociones y pensamientos que me invaden en estos momentos, hasta fin de año.
Muchas veces antes había querido ser adulto, me había imaginado, a lo más estilo Como si tuviera 30, no obstante, ahora que el momento se acerca me acobardo. Quisiera ser niño por siempre, y seguir yendo a la escuela, evadir inspectores para conservar mi cabello largo, pegarle paipes a ciertos profes, etc. Pero ésto choca con lo real que a cada rato intento clavar en mi cabeza. Ya no eres más un pendejo, ahora pasas a vivir la vida real. Una vida para la cual me he estado preparando, mas no sé si esté lo suficientemente preparado.
Irónicamente, otra parte de mí está entusiasmada por este paso, y quieres seguir, quiere dejar esto atrás, y comenzar a vivir, tener un trabajo, y ese tipo de cosas que conforman la vida del adulto promedio.
Ya se ha hablado de este tema, mas sé, por último, que no todo comenzará cuando legalmente ase a ser mayor de edad, sino que, al menos, las cosas y circunstancias comenzarán a implantarse en mi vida paulatinamente.
Tengo 17 años, eso significa que dentro de poco seré lo que muchos quieren ser, o lo que muchos temen ser. Sí, un adulto. Estudiaré en una universidad, y caeré en la vida familiar-laboral, así conoceré amigos, conduciré, quizá caiga en el cigarro o el alcohol, y miraré esta época con melancolía; todo un cargamento de emociones y pensamientos que me invaden en estos momentos, hasta fin de año.
Muchas veces antes había querido ser adulto, me había imaginado, a lo más estilo Como si tuviera 30, no obstante, ahora que el momento se acerca me acobardo. Quisiera ser niño por siempre, y seguir yendo a la escuela, evadir inspectores para conservar mi cabello largo, pegarle paipes a ciertos profes, etc. Pero ésto choca con lo real que a cada rato intento clavar en mi cabeza. Ya no eres más un pendejo, ahora pasas a vivir la vida real. Una vida para la cual me he estado preparando, mas no sé si esté lo suficientemente preparado.
Irónicamente, otra parte de mí está entusiasmada por este paso, y quieres seguir, quiere dejar esto atrás, y comenzar a vivir, tener un trabajo, y ese tipo de cosas que conforman la vida del adulto promedio.
Ya se ha hablado de este tema, mas sé, por último, que no todo comenzará cuando legalmente ase a ser mayor de edad, sino que, al menos, las cosas y circunstancias comenzarán a implantarse en mi vida paulatinamente.
Categorías:
Amsa,
Escuela,
Futuro,
Pensamientos
martes, 29 de septiembre de 2009
Arneses
Estaba nuevamente atendiendo a la clientela, en la tienda: artículos exclusivos para perro, gorros para perro, ropa para perro, carpas para perro, cuando una señora se acerca:
-"¿Tiene esos arneses para bebé? Ésos para que no se vayan a cualquier parte"
-"¿Tiene esos arneses para bebé? Ésos para que no se vayan a cualquier parte"
Categorías:
Amsa,
La escribí en menos de cinco minutos,
Trabajo,
Vida diaria
domingo, 27 de septiembre de 2009
Bolas
Estaba ahi, atendiendo clientes en la tienda, la cual lucía sus collares para perro, chalecas para perro, casas acolchadas para perro, ropa interior para perro, y el local llevaba tiempo y era conocido por sus productos exclusivos para perro.
De repente, una señora se acerca.
-¿Tiene esas bolas para hámster?
De repente, una señora se acerca.
-¿Tiene esas bolas para hámster?
martes, 22 de septiembre de 2009
Sobre paipes, riñas y rehabilitaciones
Todo comenzaba los Martes y Miércoles. No lo recuerdo claramente, pero tengo la idea clavada en mi cabeza. La profesora de inglés entraba al salón, todos entrábamos, me pedía que me quitase el gorro, yo dudaba, hasta que lo hacía. Entonces sacaba su material de trabajo; su notebook, un 'data' (proyector), y una cosa para hacer que la pizarra fuera 'touch', y así comenzaba otra clase de inglés.
Nunca supe por qué, pero desde que llegó, comencé a odiarla. Pero igual. Siempre había sido de un lenguaje "soez" (esa palabra fue la que usaron para describirme en la citación al apoderado) en sus cátedras. Desde simples insultos, a disparates que causaron que pasara varias mañanas en la inspectoría, aunque admito que, estando en la inspectoría, donde no entraba tanto viento en esas gélidas mañanas (conocido por algunos amigos bajo el apodo 'La ventisca'), tomando un café caliente, lejos de clases, charlando sobre mi futuro, no la pasaba tan mal que digamos. Así pasé al menos una mitad de mes, en días en que sólo algunas veces lograba estar la clase completa.
No obstante, un día, mi odio se materializó, no sé cómo, ni qué lo gatilló, no sé qué hice, no sé si la definición que vi en Yahoo! Respuestas sobre sociopatía encaje con lo que hice, no sé si lo hice. En fin, cuando recibí mi prueba/examen, no me vi feliz con la nota (4,7 si mal no recuerdo), pero lo que gatilló todo fue que con un amigo estábamos hueviando, a tres pulgadas de distancia de la profesora, y dije una de las tantas palabras "soeces" (no sé si exista, pero qué va) que se me fugan en confianza. ¿Creen que me echaron? No, peor, con su mano me golpeó brutalmente en la boca. Nah, me hizo ese gesto con la mano cuando decimos cosas malas. Darme un 'golpecito' en la boca. Un semi-paipe. Una humillación.
¿Y qué pasó, Amsa?
Pues, querido alter ego, lo que ocurrió fue exactamente ésto. A la mierda las normas sociales, ¿qué es el respeto a los mayores? en fin, muchas cosas pasaron por mi cabeza, propias de un delincuente introvertido de alguna peli. Y como resultado, tal y como dije anteriormente, mi odio se materializó, en forma de una mano con los dedos extendidos y juntos. Uno cosecha lo que siembra. Ojo por ojo, cuestión de negocios. Llámenlo como quieran. Pero eso no cambiará lo que sucedió; me acerqué a la profesora, y con mi mano derecha lista y desenfundada, le di un paipe.
Sí, así nomás, simple. Paipe.
¿Y qué tanto, Amsa? Digo, hace como un año un alumno apuñaló a su profesora de inglés.
No lo sé, quizá las profesoras de inglés son más propensas a resultar agredidas por sus alumnos (llámese profesión de alto riesgo). Pero lo cierto es que sólo hubo una pequeña riña en inglés entre los dos, tras la cual no terminé fuera de la sala. Pero el suceso resultó buena fuente de conversacion durante unos minutos entre mis amigos.
No obstante, de a poco el rumor se fue expandiendo, hasta que unos cuántos de otros cursos también supieron de lo que hice. Sin embargo, le agregaron detalles. Como que en vez de un paipe, había sido una palmada fuerte en la nuca, que había sido sin motivo aparente, e incluso lo describían como "un golpe" (de todos modos luego comenzaron las bromas, como que había sido una patada, entre otras). Lo malo es que, paralelamente, tenía problemas con mi profesor de historia, aunque éstos, en cambio, eran por convesar mucho en sus clases, motivo por el cual un día me echó del salón, y aunque me dijo segundos antes de pisar el pasillo "Nunca más entran a mi clase" (sí, si me hundía, no me hundiría solo, me llevé a alguien más a mi agujero de la perdición), yo lo tomé a broma, o a la ligera, y a la siguiente clase asistí como si nada (al menos asistí, ¡no me fugué!). Y al final parecía que todo había pasado. Sin embargo el profe no se lo había tomado muy a la ligera que digamos, o al menos eso pensé cuando, apenas llegó, me echó a mi y a mi compañero de charlas, sólo por el hecho de existir (así me sentí en ese momento). Así pasamos una hora y media en la terraza, gastando tiempo.
Igual fue bueno, escuchamos el ritmo tropical de 'El polaco', 'Americo', y pese a que una paloma hizo sus necesidades cerca de nosotros, atacándonos con todo el aroma fatal posible, fue un tiempo usado ociosamente bien.
Lo malo fue que, faltando pocos minutos para el recreo, el profesor vino a vernos, y quizá, sólo quizá, a lo mejor, le molestó que estuviéramos escuchando "Deja de llorar" (del cantante del nuevo milenio"El polaco"), buscando la parte en que hacía un efecto de eco, hecho por él mismo, sentados y cómodos sintiendo la brisa marina.
O al menos eso me hizo pensar cuando dijo "Creen que están de vacaciones, o qué?", el odio (o quizá más como decepción), se hacía ver en su cara y tono. Ante esto acudió nuestra inspectora a ver qué era lo que pasaba. Momento en el cual fue relatada nuestra situación. Ahora, ¿Por qué conecté esto con lo de inglés? Pues, queridos lectores (protocolo), resulta que este profesor escuchó sobre el paipe, no obstante, al parecer oyó una de las versiones varias sobre lo que realmente había ocurrido. Aludiendo así a que yo había golpeado a la profesora de inglés, motivo de expulsión (sí, amenazas y amenazas, y admito que en el momento me afectó), y cosas así.
Quizá fueron las amenazas, los contraataques, o no sé, pero camino a la sala probablemente medité sobre cómo seguían las cosas si seguía con esa actitud, y decidí comenzar a cambiar (o quizá influyó que me enviaran al psicólogo). Fuera como hubiera sido, me disculpé con el profesor, y prometí cambiar.
Penca, Amsa, penca. Pudiste haber llegado lejos.
Igual, prefería dejar el perfil de agresor introvertido, sin normas sociales, ni noción moral (aunque no sé si eso exista, pero se entiende la idea). Y así, todo terminó con un final medianamente feliz, o al menos ñoño; me rehabilité para historia, y hace poco me disculpé, en inglés, con la profesora, aunque una amistosa y bien estimada compañera grabó el momento, aunque creo, con esperanzas, que actualmente sólo es un video borrado más. Aún así, la talla del paipe perduró un tanto más, a modo de broma interna del curso.
Sí, estoy cansado y no se me ocurre cómo darle un bien final a esto... En fin... "PUBLICAR ENTRADA".
Nunca supe por qué, pero desde que llegó, comencé a odiarla. Pero igual. Siempre había sido de un lenguaje "soez" (esa palabra fue la que usaron para describirme en la citación al apoderado) en sus cátedras. Desde simples insultos, a disparates que causaron que pasara varias mañanas en la inspectoría, aunque admito que, estando en la inspectoría, donde no entraba tanto viento en esas gélidas mañanas (conocido por algunos amigos bajo el apodo 'La ventisca'), tomando un café caliente, lejos de clases, charlando sobre mi futuro, no la pasaba tan mal que digamos. Así pasé al menos una mitad de mes, en días en que sólo algunas veces lograba estar la clase completa.
No obstante, un día, mi odio se materializó, no sé cómo, ni qué lo gatilló, no sé qué hice, no sé si la definición que vi en Yahoo! Respuestas sobre sociopatía encaje con lo que hice, no sé si lo hice. En fin, cuando recibí mi prueba/examen, no me vi feliz con la nota (4,7 si mal no recuerdo), pero lo que gatilló todo fue que con un amigo estábamos hueviando, a tres pulgadas de distancia de la profesora, y dije una de las tantas palabras "soeces" (no sé si exista, pero qué va) que se me fugan en confianza. ¿Creen que me echaron? No, peor, con su mano me golpeó brutalmente en la boca. Nah, me hizo ese gesto con la mano cuando decimos cosas malas. Darme un 'golpecito' en la boca. Un semi-paipe. Una humillación.
¿Y qué pasó, Amsa?
Pues, querido alter ego, lo que ocurrió fue exactamente ésto. A la mierda las normas sociales, ¿qué es el respeto a los mayores? en fin, muchas cosas pasaron por mi cabeza, propias de un delincuente introvertido de alguna peli. Y como resultado, tal y como dije anteriormente, mi odio se materializó, en forma de una mano con los dedos extendidos y juntos. Uno cosecha lo que siembra. Ojo por ojo, cuestión de negocios. Llámenlo como quieran. Pero eso no cambiará lo que sucedió; me acerqué a la profesora, y con mi mano derecha lista y desenfundada, le di un paipe.
Sí, así nomás, simple. Paipe.
¿Y qué tanto, Amsa? Digo, hace como un año un alumno apuñaló a su profesora de inglés.
No lo sé, quizá las profesoras de inglés son más propensas a resultar agredidas por sus alumnos (llámese profesión de alto riesgo). Pero lo cierto es que sólo hubo una pequeña riña en inglés entre los dos, tras la cual no terminé fuera de la sala. Pero el suceso resultó buena fuente de conversacion durante unos minutos entre mis amigos.
No obstante, de a poco el rumor se fue expandiendo, hasta que unos cuántos de otros cursos también supieron de lo que hice. Sin embargo, le agregaron detalles. Como que en vez de un paipe, había sido una palmada fuerte en la nuca, que había sido sin motivo aparente, e incluso lo describían como "un golpe" (de todos modos luego comenzaron las bromas, como que había sido una patada, entre otras). Lo malo es que, paralelamente, tenía problemas con mi profesor de historia, aunque éstos, en cambio, eran por convesar mucho en sus clases, motivo por el cual un día me echó del salón, y aunque me dijo segundos antes de pisar el pasillo "Nunca más entran a mi clase" (sí, si me hundía, no me hundiría solo, me llevé a alguien más a mi agujero de la perdición), yo lo tomé a broma, o a la ligera, y a la siguiente clase asistí como si nada (al menos asistí, ¡no me fugué!). Y al final parecía que todo había pasado. Sin embargo el profe no se lo había tomado muy a la ligera que digamos, o al menos eso pensé cuando, apenas llegó, me echó a mi y a mi compañero de charlas, sólo por el hecho de existir (así me sentí en ese momento). Así pasamos una hora y media en la terraza, gastando tiempo.
Igual fue bueno, escuchamos el ritmo tropical de 'El polaco', 'Americo', y pese a que una paloma hizo sus necesidades cerca de nosotros, atacándonos con todo el aroma fatal posible, fue un tiempo usado ociosamente bien.
Lo malo fue que, faltando pocos minutos para el recreo, el profesor vino a vernos, y quizá, sólo quizá, a lo mejor, le molestó que estuviéramos escuchando "Deja de llorar" (del cantante del nuevo milenio"El polaco"), buscando la parte en que hacía un efecto de eco, hecho por él mismo, sentados y cómodos sintiendo la brisa marina.
O al menos eso me hizo pensar cuando dijo "Creen que están de vacaciones, o qué?", el odio (o quizá más como decepción), se hacía ver en su cara y tono. Ante esto acudió nuestra inspectora a ver qué era lo que pasaba. Momento en el cual fue relatada nuestra situación. Ahora, ¿Por qué conecté esto con lo de inglés? Pues, queridos lectores (protocolo), resulta que este profesor escuchó sobre el paipe, no obstante, al parecer oyó una de las versiones varias sobre lo que realmente había ocurrido. Aludiendo así a que yo había golpeado a la profesora de inglés, motivo de expulsión (sí, amenazas y amenazas, y admito que en el momento me afectó), y cosas así.
Quizá fueron las amenazas, los contraataques, o no sé, pero camino a la sala probablemente medité sobre cómo seguían las cosas si seguía con esa actitud, y decidí comenzar a cambiar (o quizá influyó que me enviaran al psicólogo). Fuera como hubiera sido, me disculpé con el profesor, y prometí cambiar.
Penca, Amsa, penca. Pudiste haber llegado lejos.
Igual, prefería dejar el perfil de agresor introvertido, sin normas sociales, ni noción moral (aunque no sé si eso exista, pero se entiende la idea). Y así, todo terminó con un final medianamente feliz, o al menos ñoño; me rehabilité para historia, y hace poco me disculpé, en inglés, con la profesora, aunque una amistosa y bien estimada compañera grabó el momento, aunque creo, con esperanzas, que actualmente sólo es un video borrado más. Aún así, la talla del paipe perduró un tanto más, a modo de broma interna del curso.
Sí, estoy cansado y no se me ocurre cómo darle un bien final a esto... En fin... "PUBLICAR ENTRADA".
domingo, 20 de septiembre de 2009
Dexter Morgan
"Dexter, un asesino encantador"
Ése fue la primera cosa que en mi vida estaba relacionada con esta atípica serie. No soy mucho de éstas y, en realidad, casi ni veo; sólo podría dar ejemplos como 'Dr. House' y 'Lie to me', pero más allá de eso no podría ir (quizá nombraría a 'La ley y el orden, UVE", mas únicamente cuando la pillo, la veo). No obstante, Dexter fue toda una revelación para mí (sí, sólo para mi, para no caer en falacias).
Oye Amsa... ¿Y por qué?
Siempre han habido asesinos, siempre; es algo que ha acompañado a la humanidad, desde guerras, pasando por 'cuestiones de negocio', hasta a simples efectos de un estado de ebriedad. Y siempre han sido los malos de la película, y de hecho lo han sido. Sin embargo ¿Qué pasaría si un día nos encontramos con un asesino como Dexter?
'Dexter' es, en sí, distinto a este estereotipo de asesino y, si bien, ha sido utilizado antes, en éste se logra un efecto atrayente, con una temática sobresaliente. Un asesino... de asesinos.
Y obviamente ésto se logra con su personaje principal (que muchas veces opaca al resto). Una persona que, por alguna razón, no puede sentir nada por nadie, ni siquiera odio o envidia y que, además, sufre de profundos impulsos homicidas que no puede controlar, como una voz interna que lo obliga a matar gente. Sin una dirección fija habría terminado como un asesino en serie loco, que probablemente hubiera sido atrapado. Pero aquí entra el plato fuerte: Su padre adoptivo, Harry Morgan, una figura entre los policías de Miami, le dedicó, en vida, casi todo su tiempo para hacer que pareciese una persona normal, enseñándole las normas básicas de comportamiento humano, y para canalizar todos estos impulsos, a los cuales Dex llamó 'el oscuro pasajero', para darles una forma constructiva: Matar sólo a los que lo merecen. De ésta forma, esta persona logra su vida, siguiendo las enseñanzas de su fallecido padre adoptivo; de día es un analista de salpicaduras de sangre que trabaja del mismo lado en el que Harry había estado en vida, 'Metro Miami Police Department', en donde se lleva bien con todos, salvo algunas excepciones, y tiene una novia de seis meses, que tiene dos hijos de un matrimonio anterior, pero de noche usa todo lo aprendido, para desenvolverse como alguien que satisface a su oscuro pasajero de la forma menos destructiva posible; investigar, seguir, y dar caza a asesinos que han quedado libres por algun hoyo legal, o que simplemente no han sido atrapados, y asesinarlos de una manera extremadamente pulcra, procurando nunca dejar ningún rastro; ni una gota de sangre.
Tras finalmente ver el episodio piloto de la serie, gracias a internet, comprendí que lo que había oído no era mentira; una ambientación apropiada, aprovechamiento de la primera persona, música acorde a la atmósfera, entre muchas otras cosas. Era una serie que definitivamente me iba a interesar. El hecho de ser cómplices de él desde los primeros diez minutos, poder saber de cómo opera su oscura vida, lo pulcro de sus crímenes, su frialdad... de a poco ves en él algo que te lleva a seguir viendo la serie.
Actualmente la serie tiene tres temporadas completas rondando por internet y TV, de las cuales considero a la primera la mejor, por su temática, desarrollo, y desenlace, a la segunda la premio como la que más me dejó con ganas de ver el próximo capítulo, llevando el suspenso al límite en ciertas ocasiones, y a la tercera la veo como la relajada, en la cual Dex tiene tiempo para ordenar varias cosas de su vida, así como visualizar lo que se viene, y admito que el personaje de Miguel Prado me encantó.
Dentro de muy poco (el 27 de Septiembre) saldrá oficialmente el primer episodio de la cuarta temporada, a pesar de que el primer episodio ya se coló dentro de la red. ¿Yo? prefiero seguir el ritmo 'oficial', en parte además porque de verlo ahora tendría que esperar más para que saliera el segundo episodio... Aún así, admito que no puedo esperar a que llegue el día en que volveré a ver a Dexter y su vida, la cual ha evolucionado bastante desde el primer episodio avistado por la cadena 'Showtime'.
En fin, invito a ver esta serie, si te gusta el género (lo dejaría en 'policial'), ya que en cuanto a mi, pues es mi favorita. Éso sí, aunque a mí me gustó desde el piloto, como opinión general, se dice que desde el capítulo 4 ó 5 la serie se torna mucho más atrapante, causando que muchos se conviertan en fans de la serie.
Si es que quieres verla, pues no esperes más.
DESCARGAR
jueves, 17 de septiembre de 2009
Amsa y sus amigos
Bueno. No me considero el ser más sociable, e incluso, estoy muy lejos de serlo, pero aún así tengo amigos increíbles. Desde fiesteros, hasta otros no tanto. Pero lo cierto es que a cada uno lo aprecio. Pero también surgió otra duda en mí
¿Cómo sería eso de tener "ciber-amigos"?
Anteriormente no me había hecho la idea, pero todo comenzó cuando hace ya tiempo, ahi por finales del 2006, me topé con un sitio web, facebox (algo así como el facebook actual, pero más simple). Traía lo típico; edad, sexo, estado sentimental, religión, y esas cosas. Al comienzo fue sólo sobre tener entre mis amigos a los que lo eran, es decir los de colegio, vecindario, etc... Pero un día, me agregó no sé cómo una chica de españa.
Quedé raro, no lo esperaba, y si bien no funcionó esa "amistad", la idea llegó a mi cabeza. Claro, no con cualquiera llegaba a mantener más de dos conversaciones, pero aún así, algo me dijo que continuase, para ver si encontraba a un buen proyecto de amigo, con quien charlar un rato.
Y así fue, y encontré a dos que pasaron a ser mis mejores amigos por chat, con quienes actualmente converso constantemente. El primero es Sebastián Rodriguez, también conocido por su apodo 'kain valentine', de México, un chico de 19 años, que gusta de jugar Heroclix, y al igual que a mí, los videojuegos, el comienzo fue bastante pasivo por así decirlo; lo había agregado por medio de 'Yahoo! Respuestas', un sitio que me ayuda bastante a veces con algunas dudas, y en el cual a veces participo, y al comienzo sólo fue un inseguro "hola?", llamándolo por su entonces nick del sitio antes mencionado 'Manos Frías'. Le pregunté el por qué de haberme agregado como amigo en el link, y de esa forma se logró una primera conversación que se podía proyectar a más. Pero el detonante finalmente fue el hecho de que el supiera de que era fan de la saga Metal Gear, debido a que en una pregunta del sitio respondí sobre éste. Ahí comenzamos a hablar bastante más, en gran medida acerca del videojuego en cuestión, y ésta confianza que se fue logrando causó que, de a poco, fuéramos hablando sobre nuestras vidas. Actualmente me atrevo a decir que es uno de mis mejores amigos, no sólo de la red, sino de todo. Como dato puedo decir que la creación de éste blog lo influyó a hacerse uno también, dando así nacimiento a El extraño mundo de Kain.
Y después está Ana Cruz, también mexicana, con sus apodos 'Isa', 'Rin', y varios más. Una chica de 17 años que resultó ser una buena amiga a quien conocí por medio de Facebox (no facebook), el cual luego pasaría a llamarse Netlog. Es una chica bastante alegre, que tiene ciertos problemas con sus padres, pero eso no le impide mantenerse firme. Tiene un novio y, aunque se cambió de casa contra su voluntad, pasa buenos ratos con sus nuevos amigos. He tenido la oportunidad de hablar con sus hermanas... aunque no recuerdo sus nombres, y se han mostrado también como 'buena gente'.
Valió la pena usar el netlog, aunque actualmente está muerto, con 0 visitas por década.
Al principio uno no llega con muchas ganas, pero de a poco va conociendo a gente agradable, y cuando menos se lo imagina, esa confianza ya está al nivel de tus amigos de vecindario, de escuela, de ciudad, de país. Amigos de mundo.
¿Cómo sería eso de tener "ciber-amigos"?
Anteriormente no me había hecho la idea, pero todo comenzó cuando hace ya tiempo, ahi por finales del 2006, me topé con un sitio web, facebox (algo así como el facebook actual, pero más simple). Traía lo típico; edad, sexo, estado sentimental, religión, y esas cosas. Al comienzo fue sólo sobre tener entre mis amigos a los que lo eran, es decir los de colegio, vecindario, etc... Pero un día, me agregó no sé cómo una chica de españa.
Quedé raro, no lo esperaba, y si bien no funcionó esa "amistad", la idea llegó a mi cabeza. Claro, no con cualquiera llegaba a mantener más de dos conversaciones, pero aún así, algo me dijo que continuase, para ver si encontraba a un buen proyecto de amigo, con quien charlar un rato.
Y así fue, y encontré a dos que pasaron a ser mis mejores amigos por chat, con quienes actualmente converso constantemente. El primero es Sebastián Rodriguez, también conocido por su apodo 'kain valentine', de México, un chico de 19 años, que gusta de jugar Heroclix, y al igual que a mí, los videojuegos, el comienzo fue bastante pasivo por así decirlo; lo había agregado por medio de 'Yahoo! Respuestas', un sitio que me ayuda bastante a veces con algunas dudas, y en el cual a veces participo, y al comienzo sólo fue un inseguro "hola?", llamándolo por su entonces nick del sitio antes mencionado 'Manos Frías'. Le pregunté el por qué de haberme agregado como amigo en el link, y de esa forma se logró una primera conversación que se podía proyectar a más. Pero el detonante finalmente fue el hecho de que el supiera de que era fan de la saga Metal Gear, debido a que en una pregunta del sitio respondí sobre éste. Ahí comenzamos a hablar bastante más, en gran medida acerca del videojuego en cuestión, y ésta confianza que se fue logrando causó que, de a poco, fuéramos hablando sobre nuestras vidas. Actualmente me atrevo a decir que es uno de mis mejores amigos, no sólo de la red, sino de todo. Como dato puedo decir que la creación de éste blog lo influyó a hacerse uno también, dando así nacimiento a El extraño mundo de Kain.
Y después está Ana Cruz, también mexicana, con sus apodos 'Isa', 'Rin', y varios más. Una chica de 17 años que resultó ser una buena amiga a quien conocí por medio de Facebox (no facebook), el cual luego pasaría a llamarse Netlog. Es una chica bastante alegre, que tiene ciertos problemas con sus padres, pero eso no le impide mantenerse firme. Tiene un novio y, aunque se cambió de casa contra su voluntad, pasa buenos ratos con sus nuevos amigos. He tenido la oportunidad de hablar con sus hermanas... aunque no recuerdo sus nombres, y se han mostrado también como 'buena gente'.
Valió la pena usar el netlog, aunque actualmente está muerto, con 0 visitas por década.
Al principio uno no llega con muchas ganas, pero de a poco va conociendo a gente agradable, y cuando menos se lo imagina, esa confianza ya está al nivel de tus amigos de vecindario, de escuela, de ciudad, de país. Amigos de mundo.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Amsa en la realidad
Bueno... mi nombre real es Diego. Pero llámenme, si quieren, Amsa.
Mi edad es 17 años; alguien en el límite del asunto del menor de edad. E incluso, en unos meses más, pasaré a ser mayor de edad (Sí, es posible que esos últimos días me ataque el síndrome de Peter Pan o algo parecido) y, aunque por ahora me veo emocionado por el cambio, otra parte de mí se siente triste por lo que se deja atrás; la tan añorada infancia y adolescencia, dos fases irrepetibles... ¿a cambio de qué? universidad, y la famosa vida laboral...
En fin. No soy el alma de la fiesta, y me considero un ser introvertido, con raras tendencias a, a veces, causar algún problema (no, no me llame delincuente, y al menos no creo que sea un sociópata, aunque admito que a veces pienso que quizá lo soy). Entre mis aficiones están escuchar música, jugar videojuegos (aunque últimamente ha bajado de preponderancia por motivos varios) pasar buenos ratos con los amigos, y no sé... varias cosas más, pero se supone que iba a hacer esto breve. Sólo para comenzar.
¿Qué me motivó a hacer este blog? Pues diría que ver cómo los demás tenían blogs, y a algunos les iba bastante bien. Me entretuve bastante leyendo algunos durante mucho tiempo (sobre todo un blog muerto de un amigo con un apodo extraño que otro día mencionaré), mientras que otros me mostraban facetas de la vida que no conocía hasta entonces. Algunos hasta cambiaron mi forma de pensar, pero eso es ya otra historia. Anteriormente había tenido uno "Life of Amsa", pero simplemente lo dejé después de la primera entrada. No sé cuánto dure éste, pero espero dure un tiempo medible en meses.
Por ahora eso sería. Más cosas sobre mí vendrán en las entradas siguientes; me es más cómodo definirme de a poco.
Mi edad es 17 años; alguien en el límite del asunto del menor de edad. E incluso, en unos meses más, pasaré a ser mayor de edad (Sí, es posible que esos últimos días me ataque el síndrome de Peter Pan o algo parecido) y, aunque por ahora me veo emocionado por el cambio, otra parte de mí se siente triste por lo que se deja atrás; la tan añorada infancia y adolescencia, dos fases irrepetibles... ¿a cambio de qué? universidad, y la famosa vida laboral...
En fin. No soy el alma de la fiesta, y me considero un ser introvertido, con raras tendencias a, a veces, causar algún problema (no, no me llame delincuente, y al menos no creo que sea un sociópata, aunque admito que a veces pienso que quizá lo soy). Entre mis aficiones están escuchar música, jugar videojuegos (aunque últimamente ha bajado de preponderancia por motivos varios) pasar buenos ratos con los amigos, y no sé... varias cosas más, pero se supone que iba a hacer esto breve. Sólo para comenzar.
¿Qué me motivó a hacer este blog? Pues diría que ver cómo los demás tenían blogs, y a algunos les iba bastante bien. Me entretuve bastante leyendo algunos durante mucho tiempo (sobre todo un blog muerto de un amigo con un apodo extraño que otro día mencionaré), mientras que otros me mostraban facetas de la vida que no conocía hasta entonces. Algunos hasta cambiaron mi forma de pensar, pero eso es ya otra historia. Anteriormente había tenido uno "Life of Amsa", pero simplemente lo dejé después de la primera entrada. No sé cuánto dure éste, pero espero dure un tiempo medible en meses.
Por ahora eso sería. Más cosas sobre mí vendrán en las entradas siguientes; me es más cómodo definirme de a poco.
domingo, 30 de agosto de 2009
Amsa's
Ya, ahora sí. No más. No más hacer del chupado.
Ojalá este blog me dé ganas de escribir.
Nah, luego escribo algo sobre mí.
Atte Amsa.
Ojalá este blog me dé ganas de escribir.
Nah, luego escribo algo sobre mí.
Atte Amsa.
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